Según un nuevo análisis de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), la suma de los altos precios de la energía, las preocupaciones acerca de la seguridad del suministro y la incertidumbre económica han propiciado que las emisiones de metano no se redujeran en 2022.
El metano es responsable de alrededor del 30% del aumento de las temperaturas globales desde la Revolución Industrial, y las reducciones rápidas y sostenidas de su emisión son clave para limitar el calentamiento global a corto plazo y mejorar la calidad del aire.
Las emisiones de metano en 2022
La última actualización de la IEA de su Global Methane Tracker muestra que la industria energética mundial fue responsable de la emisión de 135 millones de toneladas de metano a la atmósfera en 2022, una cifra ligeramente inferior al máximo histórico registrado en 2019. Actualmente, el sector energético es responsable del 40% de las emisiones totales de metano atribuibles a la actividad humana, solo superadas por la agricultura.
El metano se disipa más rápido que el dióxido de carbono, pero es un gas de efecto invernadero mucho más potente durante su corta vida útil. Reducir las emisiones de metano es una de las formas más efectivas de limitar el calentamiento global y mejorar la calidad del aire en el corto plazo. El informe de este año también incluye las emisiones de metano de las minas de carbón y medidas para reducirlas a la mitad.
Según informa IEA, el 75% las emisiones de metano podrían reducirse con tecnologías maduras de costes no elevados. Así, el metano capturado sería superior a las importaciones anuales totales de gas de la Unión Europea desde Rusia antes de la invasión de Ucrania.
¿Cómo reducir las emisiones de metano?
Las emisiones de metano del petróleo y el gas por sí solas podrían reducirse en un 75% con las tecnologías existentes, lo que pone de relieve la falta de acción de la industria en un problema que, frecuentemente, no es costoso de afrontar. De hecho, se requeriría menos del 3% de los ingresos acumulados por las empresas de petróleo y gas de todo el mundo en 2022 para realizar la inversión de 100 mil millones de dólares necesaria para lograr la reducción.
Fatih Birol, director ejecutivo de la IEA, explica: «Nuestro nuevo Global Methane Tracker muestra que se están logrando algunos progresos, pero que las emisiones siguen siendo demasiado altas y no están disminuyendo lo suficientemente rápido. Además, los recortes en emisiones de metano se encuentran entre las acciones más baratas de acometer para limitar el calentamiento global a corto plazo. Simplemente, no hay excusa. La explosión del gasoducto Nord Stream el año pasado liberó una gran cantidad de metano a la atmósfera. Sin embargo, las operaciones de petróleo y gas en todo el mundo liberan todos los días la misma cantidad de metano que la explosión del Nord Stream.»
La medida más drástica que los países pueden tomar actualmente es el cese de quema y ventilación de metano que no sea de emergencia.
En el sector del petróleo y el gas, se emiten la atmósfera 260 mil millones de metros cúbicos de metano anualmente. Según informa IEA, el 75% de estas emisiones podrían reducirse con tecnologías maduras de costes no elevados. Así, el metano capturado sería superior a las importaciones anuaales totales de gas de la Unión Europea desde Rusia antes de la invasión de Ucrania.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.