La Comisión Nacional de los Mercados y para la Competencia (CNMC) está dividida por las circulares del gas. La propuesta de recortar 3.000 millones entre 2021 y 2026 a las empresas gasistas provoca diferencias que las reuniones no han solventado.
Un real decreto ley, al que nos hemos referido varias veces, otorgó potestad a la CNMC para tramitar las 14 circulares normativas presentadas este año. De ellas, la mitad ya han sido sometidas a la comisión de coordinación.
La CNMC ha aceptado las exigencias del Ministerio para la Transición Ecológica, tras la reunión de la comisión de coordinación, integrada por tres miembros de cada una de las instituciones. En concreto, la CNMC acepta que se retribuyan individualmente las inversiones en digitalización de las redes, con una mayor clarificación de estos activos.
Asimismo, ha eliminado sus límites de inversión anual con derecho a retribución que establecía la circular. El Ministerio consideraba totalmente inaceptable la invasión de sus competencias en este sentido, señalando que eso forma parte de su planificación energética.
Las circulares de la CNMC
El conjunto de circulares ha generado gran cantidad de polémica y oposición, además de caídas muy importantes de las acciones en bolsa de los afectados. Pero hay urgencia porque deben estar aprobadas antes de fin de año. El conflicto llega porque, según el propio Regulador, el recorte de la retribución va a ser del 17,8% para las redes de transporte y del 21,8% para las redes de distribución entre 2021 y 2026.
Las circulares sobre redes eléctricas van por buen camino, una vez que se han visto las alegaciones de los afectados y del propio Ministerio. La CNMC remitirá las circulares al Ministerio de Economía para que, a su vez, las someta al dictamen del Consejo de Estado.
Pero aún quedan por resolver las más problemáticas: las de retribución del transporte y la distribución de gas natural. Éstas conllevan un recorte del 40% y el 30%, respectivamente, hasta 2026.
El consenso se presenta más complicado, sobre todo porque la propia comisión está dividida. Los recortes a las redes de transporte y distribución de electricidad ya estaban asumidos, o esa ha sido la impresión. Las empresas aparentemente se habían resignado con la caída de la tasa de retribución a partir de 2021.
Eso sí, con discrepancias, como la de Red Eléctrica de España (REE), que tiene en el transporte su fuente principal de ingresos. REE ha expresado un gran malestar porque una parte importante de sus activos, los amortizados, quedan fuera de la nueva retribución.
Los pequeños distribuidores de las zonas rurales
Mientras tanto, hemos sabido que la asociación de pequeñas distribuidoras-productoras de energía eléctrica CIDE ha pedido a la CNMC «sensibilidad» con el pequeño distribuidor.
En el Congreso Anual de la asociación en Alicante, el presidente de CIDE, Gerardo Cuerva, señaló el papel de estas empresas en la España rural. Así, pidió a la CNMC que se tenga en cuenta el rol de las pequeñas distribuidoras dentro del nuevo modelo retributivo. Son las únicas empresas que hacen llegar el suministro a zonas de baja densidad demográfica. Añadió que garantizan un servicio básico y generan puestos de empleo que son muy necesarios en la España que se vacía.
También subrayó la necesidad de hacer importantes inversiones en redes para poder hacer posible la descarbonización. Gerardo Cueva afirmó durante el congreso, a tenar de las inversiones previstas en redes:
«Queremos mandar el mensaje de que las zonas rurales no están solas. El tamaño no es una barrera para integrar innovaciones en el sector y modernizar las infraestructuras, para que lleguen allí donde sean necesarias».
Las circulares del gas
La senda de las circulares del gas, por otra parte, llevan mal camino. Las empresas del sector, con Sedigás a la cabeza, han presionado con fuerza para rebajar y posponer las reformas. Estas reducen entre 2021 y 2026 los ingresos del transporte de gas en 1.442 millones y en 1.521 millones los de la distribución. Y si es un problema para empresas como Naturgy o Enagás, resulta un duro golpe para las pequeñas, como Madrileña Red de Gas o Gas de Extremadura.
La patronal, Sedigás, ha señalado la grave situación en la que va a quedar el sector y los problemas para empleo, inversión y crecimiento.
Pero nada es tan sencillo. Hasta la CEOE, con su presidente a la cabeza, se ha visto implicada en esta cuestión. Es evidente que el plan de la CNMC va a rebajar con estas medidas la factura energética de la industria. De ahí que numerosas asociaciones industriales hayan apoyado el proceso de revisión y recorte que propone la CNMC.
Hay que tener en cuenta que la gran industria consume el 62% del gas. La factura que pagan por la materia prima se sitúa en 4.700 millones de euros anuales. En consecuencia, la CEOE, que en principio cuestionaba los planes de la CNMC, ha rebajado sus críticas.
Momentos duros
Y se avecinan momentos más duros. La CNMC se puede enfrentar a un aluvión de pleitos, nacionales e internacionales. Es lo que ocurrió con los recortes de retribución a las renovables de 2010 y 2012.
Además, algunas inversiones de inversores internacionales, podrían perder su valor y motivar reclamaciones internacionales por parte de inversionistas extranjeros.
Y no dejamos otro punto vista importante para el sector: el papel del gas en la descarbonización. Para muchas personas del sector resulta llamativo que si se consideran necesarios los gases renovables para la transición, no se apoyen las inversiones, sino todo lo contrario.
Una de las ideas que se apuntan al respecto es que la CNMC solicite una prórroga a la reforma del gas para realizar una norma rigurosa y dialogada. Dado que la regulación gasista no entra en vigor hasta enero de 2021, aún hay suficiente tiempo.
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela