ha presentado un informe que demuestra la inviabilidad de la central térmica de As Pontes. Entre otras cifras, el estudio manifiesta que:
- La mezcla de carbón y lodos de depuradora generaría cada año entre 76.000 y 106.000 toneladas de cenizas que no serían admitidas en los vertederos de residuos no peligrosos, por superar los límites de selenio, sulfatos y carbono orgánico disuelto
- La térmica emitiría también mercurio en valores próximos al máximo establecido
- Para poder operar la planta con garantías, se precisaría acometer importantes inversiones, tanto en 2021 como en el periodo 2023-25, debido al impacto de la corrosión por lodos en la caldera
- El megavatio hora producido con la mezcla sería un 30 % más caro que el de una central de ciclo combinado; por tanto, no funcionaría por mercado
- La destrucción de caja ascendería a 625 millones de euros en diez años
Y As Pontes dejó de ser competitiva
Las mezclas de biocombustibles y carbón que Endesa ha estado probando en su central térmica de As Pontes (A Coruña) no permiten prolongar la vida de la instalación debido a un cúmulo de razones, especialmente de carácter medioambiental. La compañía mantiene, por lo tanto, el proceso de cierre iniciado en diciembre de 2019 y activa su Plan Futur-e para la búsqueda de proyectos empresariales que se implantarán en la localidad.
La profunda modificación de las condiciones del sector (incremento sustancial en el precio de los derechos de CO2 y caída significativa del precio del gas) llevó a que la central térmica de carbón importado de As Pontes perdiese competitividad y quedase excluida del mercado desde abril de 2019. De ahí que Endesa presentase el 27 de diciembre de 2019 la solicitud formal de cierre. No fue un proceso sobrevenido repentinamente, porque Endesa ya había declarado meses antes la discontinuidad de la actividad de la planta, tras un largo período de parada.
A pesar de todo ello, Endesa ha venido analizando alternativas de funcionamiento de la central mediante el empleo de lodos y biomasa combinados con carbón en distintas proporciones que han dado resultados negativos. La última opción experimentada ha sido una mezcla en masa al 50 % de carbón (en dos variantes una al 50 % Adaro, y otra al 25 % Adaro y 25 % de Kazajo) y de lodos de depuradora.
Estas pruebas se han realizado bajo la supervisión del Ministerio de Transición Ecológica, la Xunta de Galicia y el Ayuntamiento de As Pontes. Los ensayos no han resultado satisfactorios, tanto desde un punto de vista medioambiental y técnico, como económico, lo que confirma el proceso de cierre y da paso al lanzamiento del Plan Futur-e. El informe final ha sido conocido hoy por la Comisión de Seguimiento, que integran las entidades citadas.
Resultados del informe
Las pruebas ponen de manifiesto, según el informe del Comité Técnico de Endesa encargado del seguimiento de estos ensayos, graves inconvenientes de carácter ambiental. La combustión de la mezcla de carbón y lodos causa la emisión de mercurio en valores próximos al límite legal permitido.
Otra dificultad insalvable radica en el elevado incremento de la generación de cenizas, que crecen entre un 187 % y un 276 %, lo que supone producir una tonelada de cenizas por cada tres o cuatro toneladas de CO2 evitadas. Esto significa que, sólo con la operación de dos de los cuatro grupos de la central durante 3.000 horas, se acumularían cada año entre 76.000 y 106.000 toneladas de un subproducto que no sería admitido en los vertederos de residuos no peligrosos, por superar los valores límite de selenio, sulfatos y carbono orgánico disuelto, con un elevado incremento de metales y metaloides generados en la combustión.
Desde el punto de vista técnico, se ha verificado la pérdida de potencia de cada grupo, que de los 350 megavatios (MW) actuales bajaría a 245/260 MW, con bruscas y repentinas oscilaciones de carga de hasta 35 MW, lo que impide a la central operar en los mercados secundarios. También se ha comprobado que el combustible causará la corrosión de los tubos de la caldera, y ello incrementa el costo de mantenimiento de la instalación. Además, la mezcla probada se degrada durante el tiempo que permanece almacenada, ocasionando una onerosa pérdida operativa y económica.
Las razones de carácter económico tampoco avalan la continuidad de la central térmica mezclando carbón con lodos de depuradora, porque el MWh generado de este modo costaría alrededor de 65 euros (similar para ambas variantes de mix de carbón), con lo que resultaría 15 euros (un 30 %) más caro que el producido en una central de ciclo combinado de gas natural.
Con este coste de operación, la térmica es inviable al quedar fuera del mercado eléctrico, en el que se prevé para 2021 un precio de 47,3 euros por MWh. La adaptación de la instalación a la nueva situación requeriría asimismo una elevada inversión y unos altos costes fijos, con lo que la destrucción de caja estimada ascendería a 625 millones de euros en diez años de actividad de la central.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.