Un grupo de investigadores de la Universidad de Washington en San Luis ha desarrollado un polímero al que han llamado PEDOT. Es la clave para conseguir ladrillos que almacenan energía.
¿Puede tener el ladrillo alguna otra atribución que la de ser el material más empleado en la construcción durante las últimas décadas? Investigadores americanos consideran que sí. Trabajan en un proyecto para demostrar que los ladrillos pueden ser lugares de almacenamiento de energía.
El proyecto utiliza ladrillos cocidos convencionales que se convierten en ladrillos inteligentes que almacenan energía como si de una batería se tratase. Después, esta energía se puede utilizar como fuente de alimentación para diferentes dispostivos.
Ladrillos que almacenan energía
Una de las claves del uso de los ladrillos como baterías que almacenan energía está en su propia composición a base de sílice, alúmina y hematita. Este último elemento es el que le concede al material de construcción su particular color rojizo; también es el que se utiliza para fabricar materiales de almacenamiento de energía como catalizadores o imanes.
La segunda clave está en la incorporación a la composición del ladrillo de un polímero conductor llamado PEDOT.
Los cálculos de los autores sugieren que las paredes fabricadas a partir de estos ladrillos podrían almacenar una cantidad sustancial de energía y que este trabajo podría inspirar el desarrollo de una nueva generación de materiales de construcción.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.