Hemos tenido un final de año galáctico, con “Star Wars: El despertar de la fuerza” presente por todos lados. Ahora, en España y en materia de energía y acción por el clima más que un “despertar”, nos convendría tener un “acelerar”, porque los retos nacionales, europeos y globales son ciertos, no esperan y deben ser acometidos con mayor eficacia y amplitud de miras.
Mirando con perspectiva estos últimos cuatro años, la necesaria reforma energética –ya nos hemos espabilado suficiente con ella y el pistoletazo de salida del acuerdo de París-, aparte de la estabilización económica –bienvenida sea aún en su actual estado metaestable- no ha logrado lo que debería ser el objetivo principal del país: aportar beneficios tangibles para los consumidores y especialmente para las industrias. En esto hemos avanzado poco o nada estructuralmente.
Si bien la situación de partida no era fácil –tampoco el doble de difícil, como nos han venido pintando-, se ha hecho mucho pero se podía y debía haber hecho mucho más y con más ritmo, con mejores formas jurídicas y políticas, con liderazgo social y acometiendo con prioridad los objetivos de mayor carácter estructural y social, que siempre -en mi opinión- son los asociados a los desarrollos de los mercados y a la solidaridad.
Más mercado para situar a España en la vanguardia
Como ejemplo de esta parsimonia nacional reformista en áreas esenciales, tenemos en los mercados la reciente puesta en funcionamiento del mercado organizado de gas –MIBGAS– y la participación de las diferentes tecnologías en los mercados de ajuste. Dos años al menos de retraso con el momio, cursados in extremis de la legislatura y con la urgente necesidad para los próximos responsables de ajustar las reglas y órdenes con el objetivo de que se logre un funcionamiento efectivo para todos los agentes, especialmente orientado y fructífero para los consumidores.
Pero miremos también las buenas noticias que se originan y promueven, claro está desde Europa, sobre el desarrollo de los mercados energéticos. A mediados de 2015, gran parte de los mercados eléctricos mayoristas se encuentran acoplados con los de uno o más vecinos, con ciertas señales de convergencia de precios. Queda mucho por hacer para reducir las diferencias de precios y fallos en la integración de los mercados mayoristas a través de una mayor interconexión y sintonización de los contratos a largo plazo. Y también para que las restantes componentes reguladas del precio final –costes de redes, políticas de acción por el clima e impuestos– vayan progresivamente armonizando y convergiendo.
Así, para 2020 tenemos que lograr un funcionamiento del mercado interior de la energía plenamente integrado en el que los consumidores sean el eje fundamental y se les aporten beneficios tangibles.
Orientado a ese objetivo, ya en este 2016 recién estrenado, la UE llevará a cabo la puesta en marcha del nuevo diseño de mercado eléctrico europeo que posibilitará que los consumidores energéticos participen plenamente en los mercados, incrementando su flexibilidad y participación tecnológica, haciendo que los mercados spot y de futuro den las señales de precio adecuadas, fomentando las inversiones en tecnologías innovadoras tanto del lado de la demanda como del suministro.
Nuestro acierto y oportunidad nacional será situarnos en la vanguardia más adelantada de Europa en el diseño, implementación y funcionamiento de los mercados eléctricos, acometiendo también reformas en verdad significativas de los costes regulados y de los impuestos energéticos. También de forma similar debemos adelantar en los desarrollos organizados de los mercados gasistas, desde el furgón del último en llegar hasta la cabeza tractora de Europa.
Hay que avanzar más rápido y con mayor determinación en los mercados en el ámbito nacional para poder adquirir una posición de ventaja en la integración regional de los mercados por la que transita Europa hacia la unidad. Esa es precisamente nuestra oportunidad país y la base de la mejora de situación de los consumidores.
Pobreza energética
Lo realmente pobre de la pobreza energética es no hacer nada por remediarlo.
La decepción social en relación a la pobreza energética ante la inacción endémica y falta de progreso y soluciones en la acción de los últimos gobiernos de España está plenamente justificada. Tomen nota los partidos tradicionales, los emergentes en esto han adelantado en conectar con los votantes.
Si la energía sirve como vehículo y sostén de tantas actividades anejas –desde recaudar impuestos (IVA, energéticos, ambientales, locales …) hasta promover el desarrollo tecnológico, la actividad empresarial, el empleo y un muy largo etc.- también la energía puede y debe ser un instrumento de solidaridad. Es un clamor social y como tal las políticas deben responder a este anhelo que es palpable. Incompresiblemente el silencio o simplismo de los partidos tradicionales ha dejado que los nuevos adquieran un protagonismo al situarlos en la primera línea de sus agendas políticas.
Nadie se cuestiona que la acción por cambo climático y el reciente acuerdo de París deba y pueda ejercer su papel de ayuda y desarrollo de la solidaridad diferenciada entre los diferentes países. La energía, evidentemente, no está al margen en el cambio climático del espíritu de solidaridad, también en el tratado de la Unión Europea el desarrollo de los mercados energéticos llama al espíritu de solidaridad entre los Estados miembros, cuánto más entonces deberíamos empezar por nosotros mismos, por nuestros mercados y sistema nacional para hacer creíble nuestra voluntad de acometer este reto de solidaridad a través de la energía.
Los retos de la solidaridad energética tienen mucho que ver con los vectores que están haciendo cambiar el paradigma energético: regulación, tecnología y mercados. Sobre estos tres ejes debemos planificar estructuradamente nuestra acción de reforma para la solidaridad energética y tomar decisiones: el Gobierno debe liderar a nuestro sistema, empresas y sociedad y llamar a la acción de todos. Son los mercados, la regulación y la tecnología las que deben materializar el espíritu de solidaridad en el camino hacia la verdadera Unión Energética y hacia el empoderamiento de los consumidores.
En cada consumidor hay una persona o agrupación de personas que como “Luke Skywalker” sólo esperan que las agendas de políticas energéticas y de cambio climático les apoderen y les permitan participar en lograr nuevas cotas de Unión Energética, porque están ya despiertos y esperando “la madre de todas las batallas energéticas” que no ha hecho más que empezar y que necesita de sustitución y acción acelerada.
“¡Qué la fuerza nos acompañe!” con la acción del futuro –y esperemos próximo- Gobierno y de todos los héroes que creemos en que la Unión pasa prioritariamente por la solidaridad y el compromiso de todos.
Por Javier Rodríguez
Director general de ACOGEN
Asociación Española de Cogeneración
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.