La COP27
ha llegado a su fin y ha sido complicado llegar a un acuerdo de mínimos. En la última semana, las negociaciones fueron complicadas. Finalmente, se consiguió mantener vivos el Acuerdo de París de limitar la temperatura global a 1,5° C. La Comisión Europea se ha mostrado firme y ha demostrado unidad, contribuyendo a alcanzar los acuerdos finales.
Asimismo, la labor mediadora de la UE contribuyó a establecer nuevos mecanismos de financiación equilibrados, con una base de donantes más amplia. El objetivo de la medida aprobada: ayudar a las comunidades vulnerables a hacer frente a las pérdidas y los daños causados por el cambio climático.
Además, ha habido consenso sobre la necesidad de reducciones rápidas, profundas y sostenidas de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Deberán disminuir un 43% de aquí a 2030, frente a su nivel de 2019, si se quiere limitar la temperatura a 1,5° C. Esta ambición requerirá una acción acelerada crucial durante esta década.
Por otro lado, todas las Partes han reiterado el llamamiento del Pacto por el Clima de Glasgow. En esa línea, han pedido una actualización de las contribuciones determinadas a nivel nacional para que se ajusten al objetivo de temperatura. Y, a más tardar para finales de 2023.
Igualmente, han afirmado que el Pacto por el Clima de Glasgow guiará un nuevo programa de trabajo sobre mitigación. En este caso, el objetivo es animar a las Partes a armonizar sus objetivos y medidas en pro del objetivo de cero emisiones netas.
Acuerdos de la COP27 sobre pérdidas y daños
En cuanto a pérdidas y daños, se ha decidido establecer nuevos mecanismos de financiación. Con ellos se ayudará a los países en vías de desarrollo especialmente vulnerables ante los efectos negativos del cambio climático. Eso incluye un nuevo fondo. Para ello, se creará un comité de transición que estudiará también la ampliación de las fuentes de financiación.
Acuerdos de la Comisión Europea en la COP27
A lo largo de la COP27, la Comisión organizó más de 125 actos paralelos. Entre las cuestiones tratadas: protección de la biodiversidad y restauración de la naturaleza; seguridad energética y transición ecológica; finanzas sostenibles; seguridad alimentaria y del agua; así como investigación e innovación.
En esa línea, la Comisión ha llegado a múltiples acuerdos durante la COP27. La presidenta Ursula von der Leyen participó en la Cumbre de Dirigentes al comienzo de la COP27. Ella y su equipo negociador firmaron diferentes acuerdos:
- Con Kazajistán sobre materias primas, baterías e hidrógeno renovable y con Namibia sobre materias primas sostenibles e hidrógeno renovable.
- También anunció con el presidente egipcio, El-Sisi, una asociación estratégica sobre hidrógeno renovable. El acuerdo lo firmaron el vicepresidente ejecutivo Timmermans y la comisaria Kadri Simson.
- La presidenta también puso en marcha asociaciones en materia forestal y climática con Congo, Guyana, Mongolia, Zambia y Uganda. En esa línea, la importancia de la naturaleza para las crisis interconectadas en materia de clima y biodiversidad también será un elemento clave de la próxima COP15 sobre biodiversidad, que se celebrará en Montreal (Canadá) en diciembre.
- Además, la iniciativa de Compromiso Mundial de Reducción de Emisiones de Metano, impulsado hace un año por la UE y EEUU, tiene un gran respaldo. El propio vicepresidente Timmermans mostró su satisfacción por contar con el respaldo de 150 países.
- Igualmente, Tiimmermans anunció una nueva iniciativa del Equipo Europa: la aportación de más de1.000 millones de euros en concepto de financiación para ayudar a África a adaptarse al cambio climático.
- La UE también celebró y refrendó el plan de inversiones para una transición energética justa de Sudáfrica.
- Finalmente, se firmó con Indonesia, en el G20 de Bali, una nueva Asociación para una Transición Energética Justa.
Transición de la UE
En el Acuerdo de París de 2015, 194 países acordaron presentar contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN), es decir, objetivos individuales de reducción de emisiones. En su conjunto, estas CDN deberían contribuir a mantener el cambio de la temperatura media global por debajo de los 2° C y lo más cerca posible de 1,5° C para finales de este siglo.
Los informes de 2022 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (GIECC) ya dieron la señal de alerta. Advirtieron que el mundo alcanzaría el nivel de 1,5 °C en las dos próximas décadas. Además, afirmaron que sólo adoptando inmediatamente las reducciones más drásticas posibles de las emisiones de carbono podría prevenirse un desastre medioambiental. Este nivel de aumento de la temperatura tendría efectos extremadamente nocivos que suponen un reto existencial.
La UE ha conseguido reducir ya sus emisiones de gases de efecto invernadero en más de una cuarta parte con respecto a niveles de 1990. Y eso sin perder de vista que su economía ha crecido en más de un 60 %.
Con el Pacto Verde Europeo, presentado en diciembre de 2019, la UE volvió a aumentar su nivel de ambición climática: se comprometió a alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050. Este objetivo pasó a ser jurídicamente vinculante con la adopción y la entrada en vigor de la Ley Europea del Clima en julio de 2021. Establece también un objetivo intermedio de reducción de las emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2030: por lo menos un 55% con respecto a los niveles de 1990.
Este objetivo para 2030 se comunicó a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en diciembre de 2020 como CDN de la UE en el marco del Acuerdo de París.
En 2021, la UE presentó un paquete de propuestas para adaptar sus políticas en materia de clima, energía, uso del suelo, transporte y fiscalidad. El objetivo: reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % para 2030. La UE actualizará sus contribuciones determinadas a nivel nacional, según proceda.
Financiación
La UE considera esencial la financiación de la lucha contra el cambio climático. Es lo adecuado para contribuir a que las comunidades vulnerables se protejan contra los efectos del cambio climático y para apoyar el crecimiento económico sostenible.
Los países desarrollados se han comprometido a movilizar, entre 2020 y 2025, un total de 100 000 millones de dólares anuales de financiación internacional, destinados a la lucha contra el cambio climático, para ayudar a los países más vulnerables y a los pequeños Estados insulares, en particular, en sus esfuerzos de mitigación y adaptación al cambio climático. La UE es el mayor donante. Corresponde aproximadamente a una cuarta parte del importe que se ha fijado como objetivo.
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela