Según un informe de la Agencia Internacional de la Energía, el impulso al hidrógeno de bajas emisiones continúa creciendo pese al lento despliegue de incentivos financieros y las presiones de costes, que amenazan con retrasar los proyectos. Aun así, los niveles de producción pueden aumentar de forma significativa si se realizan todos los proyectos anunciados a nivel mundial.
Esta cantidad de proyectos sigue creciendo, con 40 países de todo el mundo estableciendo estrategias nacionales de hidrógeno (H2). Sin embargo, la capacidad instalada y los volúmenes siguen siendo bajos ya que los desarrolladores esperan el apoyo del gobierno antes de realizar inversiones. Como tal, el hidrógeno de bajas emisiones todavía representa menos del 1% de la producción y el uso total de hidrógeno, según la última edición de la Revisión Global de Hidrógeno 2023 anual de la AIE.
En riesgo la rentabilidad de los proyectos de hidrógeno bajo en emisiones
La inflación y los costes de endeudamiento más caros están afectando a toda la cadena de valor del hidrógeno, aumentando los costes de financiación para los desarrolladores y reduciendo el impacto del apoyo gubernamental. Esta confluencia de factores es particularmente perjudicial para una industria que enfrenta altos costes iniciales relacionados con la fabricación, construcción e instalación de equipos.
Acelera el despliegue de electrolizadores
Pese a las condiciones económicas adversas, el despliegue de electrolizadores para la producción de hidrógeno verde está comenzando a acelerar.
A finales de 2022, la capacidad de esta tecnología para la producción de H2 alcanzó casi 700 MW. Según los proyectos que han alcanzado la decisión final de inversión o están en construcción, la capacidad total podría más que triplicarse a 2GW para fines de 2023, con China representando la mitad de esta capacidad. Si se realizan todos los proyectos anunciados, se podría lograr un total de 420GW para 2030, un aumento del 75% en comparación con la revisión de 2022 de la AIE.
«Hemos visto un impulso increíble detrás de los proyectos de hidrógeno de bajas emisiones en los últimos años, que podrían tener un papel importante que desempeñar en sectores intensivos en energía como los productos químicos, la refinación y el acero», señala el Director Ejecutivo de la AIE, Fatih Birol. «Sin embargo, un entorno económico desafiante pondrá a prueba la determinación de los desarrolladores de hidrógeno y los responsables políticos de seguir adelante con los proyectos planificados. Se necesita un mayor progreso en tecnología, regulación y creación de demanda para garantizar que el H2 de bajas emisiones pueda desarrollar todo su potencial».
Integración del hidrógeno en el mundo
Otra de las conclusiones del informe apunta que los esfuerzos para estimular la demanda de hidrógeno de bajas emisiones son insuficientes para cumplir con las ambiciones climáticas.
En concreto, el uso de H2 a nivel mundial alcanzó los 95 millones de toneladas en 2022, un aumento de casi el 3% en comparación con el año anterior. Hubo un fuerte crecimiento de la demanda en todas las principales regiones consumidoras, excepto Europa, que sufrió un golpe en la actividad industrial debido al fuerte aumento de los precios del gas natural.
Sin embargo, la absorción de hidrógeno de bajas emisiones sigue siendo muy limitada, representando solo el 0,6% de la demanda total de H2.
Como resultado, la producción y el uso de hidrógeno en 2022 liberaron unos 900 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.