Montar una planta de reciclaje de palas eólicas y para reutilizar las baterías de coches eléctricos en desuso son los planes de Endesa para dar una segunda vida a la central termoeléctrica Compostilla II
Hace una semana, Endesa adjudicó a la empresa Recifemetal el desmantelamiento de la central térmica Compostilla II. Esta operación supondrá un gasto superior a 62 millones de euros por parte de la compañía eléctrica “para dejar el emplazamiento en condiciones de poder afrontar un uso futuro”.
Compostilla II es una central termoeléctrica de ciclo convencional alimentada por carbón, situada junto al río Sil en el término municipal de Cubillos del Sil, en la provincia de León. Se puso en marcha en 1972, como reemplazo de Compostilla I (en Ponferrada), y fue la primera planta de producción de Endesa. Con cuatro grupos térmicos (tras el desmantelamiento del grupo 1) generaba una potencia total de 1341 MW. Endesa anunció el cierre en 2018, como parte de la campaña de cierre de las centrales térmicas de carbón en España.
El desmantelamiento de Compostilla II
Está previsto que las tareas de desmantelamiento de Compostilla II duren 4 años, y que movilicen a una media anual de 130 personas de mano de obra directa, con el compromiso de que el 80% de los trabajadores procederán de la Comarca del Bierzo. Para la capacitación de este personal se están realizando acciones formativas que tienen por objeto “mejorar la confianza, el arraigo con la comunidad local y la empleabilidad de los trabajadores de la zona”, una de las medidas de creación de valor compartido contempladas en el plan Futur- e de Endesa.
Los terrenos que quedarán disponibles una vez se proceda al desmantelamiento de la central de León constan de 330 hectáreas de las que 80 tienen calificación de suelo industrial con abastecimiento de energía eléctrica, gas y agua. También se podrán aprovechar naves, equipos industriales y otras infraestructuras hasta ahora utilizadas en la actividad de generación.
José Bogas, consejero delegado de Endesa, ha anunciado los planes de la compañía para dar una segunda vida a las instalaciones y terrenos de la central termoeléctrica de Compostilla II.
Endesa apuesta por el reciclaje y todo apunta que construirá sendas plantas de reciclaje de palas eólicas y de baterías de coches eléctricos.
Desde la compañía subrayan que de estos proyectos son ejemplos de «cómo del carbón se va a pasar a renovables, pero mucho más que renovables: a proyectos de economía circular».
«Nuestro modelo de transición es diferencial: el cierre progresivo de nuestras centrales vamos a compensarlo con renovables, sí, pero también y eso es lo singular de Endesa, con impulso a iniciativas industriales de desarrollo en las comarcas que acogen esas centrales y con formación para preparar a la población para las nuevas oportunidades», explica Bogás.
«No nos vamos ni nos desentendemos de las zonas donde Endesa ha sido un referente; evolucionaremos nuestra manera de estar en estas zonas hacia un modelo más sostenible»», sentencia.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.