Las subastas de interrumpibilidad para 2018 celebradas la semana pasada han supuesto un recorte de la retribución anual del servicio de 152 millones de euros lo que ha provocado el descontento
de la industrias electro-intensivas en España y en especial del sector cementero, que soporta uno de los costes eléctricos más caros de Europa.
Estas subastas de interrumpibilidad son un sistema que permite que las empresas que más electricidad consumen reciban una retribución a cambio de su disponibilidad para desconectarse de la red en casos de emergencia para el suministro eléctrico. La subasta realizada la semana pasada, por primera vez sólo ha abarcado el periodo comprendido desde el 1 de enero hasta el 31 de mayo, mientras que otros años cubrían los doce meses. A este cambio hay que añadir la bajada en el precio de salida de las subastas en un 10%, la reducción de la potencia subastada y un recorte del 20% en los precios medios asignados.
Así, Red Eléctrica de España (REE) asignó un total de 8 bloques de 90 megavatios (MW) y de 376 bloques de 5 MW y obtuvo una media ponderada de asignación de 143.393 euros/MW y año. Es decir, la potencia interrumpible ascendió a un total de 2.600 MW, lo que se traduce en una reducción de un 13%, dejando sin asignar respecto a años anteriores más de 400 MW.
Además, once fábricas han quedado excluidas. Todo ello hace pensar a la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía, AEGE, que estos resultados tendrán consecuencias negativas para las industrias electro-intensivas por lo que solicita al Gobierno medidas urgentes para lograr precios eléctricos similares a los de sus principales competidores europeos.
Asimismo, pide que se aplique antes de fin de año la compensación por costes adicionales derivados de la financiación del apoyo a la energía eléctrica procedente de fuentes renovables, prevista en los Presupuestos Generales del Estado de 2017 y que, a fecha de hoy, la industria electro-intensiva desconoce si dispondrá de dicha compensación.
«Los ingresos por la retribución de este servicio mitigan, en parte, el elevado precio eléctrico que sufren las industrias electro-intensivas en España, uno de los más caros de Europa, efecto exacerbado por no contar con las compensaciones y exenciones permitidas por la Comisión Europea que sí disfrutan las industrias tanto de Alemania como de Francia«, señala en un comunicado.
Interrumpibilidad
Según pone de manifiesto, las subastas de la semana pasada suponen una pérdida de retribución anual de 152 millones de euros, 30% menos que la de 2017, de los que 86 millones corresponden a la reducción del precio medio del servicio y 66 millones a la reducción de potencia asignada.
Explica que «con esta reducción de potencia, no previsible con una demanda creciente y con una insuficiente capacidad de interconexión con Francia, las fábricas proveedoras del servicio, que tienen todo preparado para prestarlo en 2018, se quedan sin contraprestación en 11 de ellas y, en el mejor de los casos, con una fuerte merma de su retribución«.
Desde la Agrupación de Fabricantes de Cemento de España (Oficemen) indican que la industria cementera española, con uno de los costes eléctricos más caros de Europa, ve inasumible mantener la producción actual si se reduce la retribución por interrumpibilidad.
La industria española cerrará 2017 con un precio medio para la electricidad de 52,5 €/MWh -el más alto de los últimos 9 años-, un 33% más alto que en 2016 y en torno al 50% mayor que el de Alemania, por ejemplo. Por otro lado, la situación para 2018 no es nada halagüeña con un precio del futuro eléctrico cotizando a 52,7 €/MWh muy alejado de los 38,2 €/MWh de Alemania y de los 44,0 €/MWh de Francia.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.