Como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania y un aumento en los precios de la energía, la demanda de gas natural en la Unión Europea cayó un 13% en 2022. Se trata del descenso más pronunciado de la historia.
Un nuevo informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) cifra este descenso en el equivalente a la cantidad de gas necesario para abastecer a más de 40 millones de hogares.
¿Cuáles han sido los principales factores que han desencadenado esta disminución? Vamos a verlo.
Causas de la disminución de la demanda de gas
En primer lugar, las temperaturas invernales más suaves han jugado su papel en esta situación. Sin embargo, no todas las condiciones climáticas redujeron el uso de gas. Por ejemplo, las bajas precipitaciones en el sur de Europa dieron como resultado un año muy pobre para la energía hidroeléctrica, aumentando la demanda de energía a gas.
También son destacables los cambios a nivel político, con incoporaciones récord de potencia eólica y fotovoltaica. De igual manera, las medidas políticas, como los planes de apoyo a las energías renovables, las subvenciones y los préstamos preferenciales para la modernización de viviendas y las instalaciones de bombas de calor, junto con las campañas para fomentar el cambio de comportamiento, contribuyeron a moderar la demanda gasística.
Otro de los factores decisivos han sido los altos precios del propio gas, reduciendo la demanda de forma significativa en los sector industriales intensivos. Aun así, sigue sin estar clara la magnitud de este factor como desencadenante de reducciones permanentes de la demanda.
El rápido ajuste para reducir las exportaciones rusas de gas y el precio del gas también fue posible gracias a décadas de reformas e iniciativas políticas, que permitieron a los grandes consumidores reducir su consumo, buscar la sustitución de importaciones y recurrir a suministros alternativos a través de una red de gas europea bien mallada.
La demanda aumenta en el sector de la energía
El sector de la energía fue el único que registró una mayor demanda de gas respecto a 2021.
Sin embargo, gracias al apoyo continuo de las políticas para las energías renovables, se instalaron alrededor de 50 GW de energía eólica y solar en la Unión Europea en 2022, batiendo todos los récords.
Estas adiciones evitaron la necesidad de alrededor de 11 bcm de gas natural en el sector eléctrico, el mayor impulsor estructural de la reducción de la demanda de gas natural.
Por otro lado, las fuertes disminuciones interanuales en la producción nuclear e hidroeléctrica impulsaron la demanda de energía a gas, lo que llevó a un pequeño aumento general de la demanda gasística en el sector eléctrico.
Por último, la demanda de electricidad de la UE cayó alrededor de un 3% en 2022. Esto significó que se evitaron alrededor de 14 bcm de gas. El clima jugó su papel en la reducción de la demanda de electricidad, a pesar de que las temperaturas más altas del verano y las condiciones de sequía impulsaron la generación de energía a gas en algunas partes de Europa.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.