La Agencia Internacional de la Energía (AIE) lanza un pronóstico. Calcula que la crisis sanitaria internacional provocada por la expansión del coronavirus provocará un descenso de la demanda de petróleo de 9,3 millones de barriles al día. Si esto se cumple, 2020 será «el peor año en la historia del petróleo».
Con el precio del petróleo en mínimos históricos no vistos desde 2002, no es posible realizar previsiones positivas. Quizá lo que no se esperaba es que fueran tan negativas como las que acaba de lanzar la Agencia Internacional de Energía (AIE) que vaticina que 2020 será «el peor año en la historia del petróleo».
La AIE calcula que la demanda de petróleo registrará un descenso medio de 9,3 millones de barriles al día (mbd). Esto se traducirá en una amenaza de llevar al límite la capacidad de almacenamiento de la industria; con ello, también hay riesgo de forzar la parada de explotaciones saturadas ante la falta de salida de su producción.
En marzo, habrá una caída récord de la demanda del petróleo
En su último informe mensual, la agencia con sede en París y adscrita a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advierte de que la caída anual récord de la demanda estimada para 2020 supone borrar prácticamente todo el crecimiento del consumo de petróleo registrado en la última década.
Según los cálculos de la AIE, tras la bajada de 10,8 mbd observada en marzo, la demanda mundial de crudo caerá en el mes de abril en un récord de 29 mbd respecto al mismo mes de 2019, hasta un mínimos desde 1995 de 90,5 mbd, mientras que en mayo el descenso interanual será de 25,8 mbd y de 14,6 mdb en junio.
De este modo, para el conjunto del segundo trimestre, la agencia calcula que el consumo mundial de petróleo bajará en una media 23,1 mbd respecto al mismo periodo de 2019.
«En unos años, cuando echemos la vista atrás, veremos que 2020 ha sido el peor año en la historia del mercado del petróleo y, en concreto, el segundo trimestre será el peor trimestre de la historia. Dentro de ese peor trimestre, abril será el peor mes en la historia. Es un ‘abril negro'», ha señalado en una conferencia de prensa telemática el director de la AIE, Fatih Birol.
De su lado, asumiendo la relajación de restricciones en el segundo semestre, la AIE advierte de que la recuperación de la demanda será muy gradual a lo largo de la segunda mitad de 2020. De hecho, en diciembre de 2020 la demanda mundial de petróleo aún será 2,7 mbd inferior a la del año anterior.
En cuanto a las recientes medidas de ajuste pactadas por la OPEP+, que comenzará a recortar su producción en 9,7 mbd a partir de mayo, y que la AIE confía en que incorporarán un ajuste de más de 3,5 mbd por parte de Estados Unidos, Canadá, Brasil y Noruega, la agencia ha subrayado que no serán suficientes para compensar el hundimiento de la demanda, aunque sirven para evitar un mayor impacto.
«No existe un acuerdo factible que pueda reducir la oferta lo suficiente como para compensar la pérdida de demanda a corto plazo», ha reconocido la AIE, para la que, sin embargo, son un comienzo sólido y «tienen el potencial de comenzar a revertir la acumulación de existencias a medida que progresa la segunda mitad del año».
De este modo, el suministro de crudo mundial podría reducirse en mayo en una cifra récord de 12 mbd, aunque el ajuste efectivo será de unos 10,7 mbd por la alta producción en abril, según la AIE, con una caía para el conjunto de 2020 de 2,3 mbd, aunque en la última parte del año el ajuste sería de unos 5 mbd. De este modo, la agencia calcula que la oferta global de petróleo se situará por primera vez desde 2011 por debajo del umbral de los 90 millones de barriles diarios.
En este sentido, el director de la AIE ha advertido que «este es un abril negro porque la demanda continúa bajando, mientras que la producción seguirá creciendo durante estas dos semanas», por lo que, a pesar de agradecer el esfuerzo para llegar a cuerdos, ha lamentado que «se está perdiendo un tiempo muy valioso».
La amenaza es que no haya espacio para almacenar el exceso de producción de petróleo
Una de las preocupaciones expresadas por la agencia pasa por el riesgo de que este exceso de oferta por el hundimiento de la demanda a raíz de la pandemia acabe sobrepasando la capacidad de almacenamiento de la industria, tanto en depósitos ‘onshore’ como incluso en buques petroleros, lo que podría llegar a forzar la parada de explotaciones saturadas ante la falta de salida de su producción.
«Nunca antes la industria petrolera estuvo tan cerca de poner a prueba los límites de su capacidad logística», advierte la AIE. «La disponibilidad de capacidad de almacenamiento es crítica para el mercado petrolero actual, donde los enormes excedentes en el segundo trimestre implican altos niveles de existencias duraderos para todo 2020, incluso después de que se implementen las nuevas medidas de la OPEP+ y el G20», recoge la agencia en su informe.
En este sentido, la agencia alerta de que la capacidad de almacenamiento puede saturarse localmente antes de sobrepasar los límites a nivel internacional, como es el caso particular de regiones sin salida al mar de Norteamérica y Rusia, donde, una vez saturada la capacidad de almacenamiento local por la falta de demanda y sin medios para acceder directamente a los mercados internacionales, la producción debe detenerse.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.