El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) ha aprobado un informe en Interlaken (Suiza). El mismo alerta sobre las graves consecuencias para el planeta y la vida si no se toman medidas drásticas y urgentes. Y señala que: “la acción climática urgente puede garantizar un futuro habitable para todos”.
Hoesung Lee
, presidente del IPCC, ha afirmado:
“La incorporación de una acción climática eficaz y equitativa no solo reducirá las pérdidas y los daños para la naturaleza y las personas, sino que también aportará mayores beneficios.
En el Informe de síntesis, se destaca que urge tomar medidas más ambiciosas y se demuestra que, si actuamos ahora, aún es posible garantizar un futuro sostenible y habitable para todos”.
Después de 5 años, el desafío para contener la subida de la temperatura a 1,5 grados es mayor. Siguen aumentando, de forma constante, las emisiones de gases de efecto invernadero. Todo lo realizado hasta la fecha es insuficiente para limitar la temperatura y evitar los efectos desastrosos. Al respecto, señalan los expertos:
“La quema de combustibles fósiles y el uso desigual e insostenible de la energía y las tierras durante más de un siglo han provocado un calentamiento global de 1,1 °C por encima de los niveles preindustriales. Como resultado, se han producido fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes y más intensos que han generado impactos cada vez más peligrosos en la naturaleza y las personas en todas las regiones del mundo”.
Un duro informe del IPCC
Y, según el informe del IPPC, los riesgos se agravan con rapidez. Olas de calor de mayor intensidad, lluvias más fuertes y otros fenómenos meteorológicos extremos nos amenazan. Y tanto al ser humano como a los ecosistemas:
“En todas las regiones, el calor extremo está causando la muerte de personas. Se prevé que la inseguridad alimentaria y la inseguridad hídrica asociadas al clima se incrementarán debido al aumento del calentamiento. Cuando los riesgos se combinan con otros fenómenos adversos, como las pandemias o los conflictos, resulta aún más difícil controlarlos”.
Daños ocasionados
El IPPC hace especial hincapié en las pérdidas y los daños que ya ocasionados y que continuarán en el futuro. Perjudican especialmente a las personas y los ecosistemas más vulnerables. La adopción de las medidas adecuadas puede conducir a un cambio transformador esencial para lograr un mundo sostenible y equitativo.
Aditi Mukherji, una de los 93 autores del Informe de síntesis, el capítulo final del informe del IPCC, señala:
“La justicia climática es crucial porque quienes menos han contribuido al cambio climático se ven afectados de forma desproporcionada.
Casi la mitad de la población mundial vive en regiones que son muy vulnerables al cambio climático. En la última década, el número de víctimas mortales como consecuencia de inundaciones, sequías y tormentas fue 15 veces más alto en las regiones muy vulnerables”.
En esta década, la acción acelerada para adaptarse al cambio climático es indispensable. Y para lograr limitar el calentamiento a 1,5 grados es preciso lograr reducciones drásticas, rápidas y sostenidas de las emisiones. Ya deberían haber disminuido y será necesario reducirlas casi a la mitad de aquí a 2030.
El camino, según el IPCC
La solución radica en el desarrollo resiliente al clima. Implica integrar las medidas de adaptación al cambio climático con acciones orientadas a reducir o evitar las emisiones de gases de efecto invernadero. De esta forma, se conseguirán mayores beneficios.
Por ejemplo, señalan:
“El acceso a las energías y las tecnologías limpias mejora la salud, especialmente en el caso de las mujeres y los niños; la electrificación con bajas emisiones de carbono, los desplazamientos a pie y en bicicleta y el transporte público mejoran la calidad del aire, la salud y las oportunidades de empleo, a la vez que fomentan la equidad. Los beneficios económicos para la salud humana derivados solo de la mejora de la calidad del aire serían aproximadamente iguales, o quizás incluso superiores, a los costes que implican reducir o evitar las emisiones”.
El desarrollo resiliente al clima se torna cada vez más difícil con cada aumento del calentamiento. Por tanto, las decisiones que se tomen en los próximos años serán determinantes para nuestro futuro y el de las generaciones venideras.
Para que esas decisiones resulten eficaces, deben estar basadas en nuestros diversos valores, opiniones y conocimientos. Estos incluyen los conocimientos científicos, indígenas y locales. El enfoque facilitará el desarrollo resiliente al clima. Y generará soluciones adecuadas a nivel local y aceptables desde una perspectiva social. Indica Christopher Trisos, uno de los autores del informe:
“Los mayores avances en materia de bienestar podrían lograrse al priorizar la reducción de los riesgos climáticos en las comunidades marginadas y de bajos ingresos, incluidas las personas que viven en asentamientos informales.
La acción climática acelerada solo se concretará si se aumenta considerablemente la financiación. La financiación insuficiente y asignada incorrectamente frena el avance”.
Financiación
Para lograr los objetivos climáticos a escala global, es importante aumentar la financiación destinada a las inversiones en el clima. Los gobiernos, mediante la financiación pública y unas señales claras a los inversionistas, son fundamentales para reducir estos obstáculos. Los inversionistas, los bancos centrales y los reguladores financieros también pueden aportar su contribución en este sentido. Además, señala el IPCC:
“El compromiso político, las políticas coordinadas, la cooperación internacional, la administración de los ecosistemas y la gobernanza inclusiva revisten importancia para propiciar la acción climática eficaz y equitativa.
Si se comparten las tecnologías, los conocimientos especializados y las medidas de política adecuadas, y se aporta de inmediato la financiación suficiente, cada comunidad puede reducir o evitar el consumo con altas emisiones de carbono. Al mismo tiempo, mediante una inversión considerable en las medidas de adaptación, es posible evitar los crecientes riesgos, especialmente en el caso de los grupos y las regiones vulnerables”.
El clima, los ecosistemas y la sociedad están interconectados. La conservación eficaz y equitativa de entre el 30% y el 50%, aproximadamente, de los recursos terrestres, marinos y de agua dulce de la Tierra ayudará a garantizar la salud del planeta. Las zonas urbanas ofrecen una oportunidad a escala global para fomentar una acción climática que contribuya al desarrollo sostenible.
Mediante cambios en el sector alimentario, la electricidad, el transporte, la industria, los edificios y el uso de la tierra, se pueden reducir las emisiones. Al mismo tiempo, estos cambios pueden ayudar a las personas a llevar un estilo de vida con bajas emisiones de carbono. Y eso promoverá la mejora de la salud y el bienestar. Con un mayor conocimiento de las consecuencias del consumo excesivo, las personas pueden tomar decisiones mejor fundamentadas.
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Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela