Por primera vez, se enviaron al espacio en un cohete células solares orgánicas y de perovskita. Los resultados han sido óptimos. Resistieron las condiciones extremas del espacio, produciendo energía de la luz solar directa y de la reflejada por la Tierra. El resultado se ha publicado en la revista Joule.
Esta investigación sienta las bases para una futura aplicación de estas células solares cerca de la Tierra. Asimismo, para posibles misiones en el espacio profundo.
Según explica Noticias de la Ciencia, uno de los objetivos de las misiones espaciales es reducir al mínimo el peso del equipo de los cohetes.
Los actuales paneles solares inorgánicos de silicio utilizados en las misiones espaciales y en los satélites tienen una gran eficiencia, pero son pesados y rígidos. La tecnología emergente de las células solares híbridas de perovskita y orgánicas, muy ligeras y flexibles, se convierte en un candidato ideal para futuras aplicaciones.
Peter Müller-Buschbaum, de la Universidad Técnica de Múnich en Alemania y autor principal del estudio, explica:
«Lo que cuenta en este campo no es la eficiencia, sino la energía eléctrica producida por peso, lo que se denomina potencia específica.
El nuevo tipo de células solares alcanzó valores de entre 7 y 14 milivatios por centímetro cuadrado durante el vuelo del cohete».
Por su parte, Lennart Reb, de la Universidad Técnica de Munich, también autor del estudio, indica:
“Aplicadas en láminas ultra delgadas, un kilogramo de nuestras células solares cubriría más de 200 metros cuadrados; y, además, produciría suficiente energía eléctrica para hasta 300 bombillas estándar de 100 W.
Esto es diez veces más de lo que ofrece la tecnología actual».
Células solares orgánicas y de perovskita en el espacio
El cohete fue lanzado en junio de 2019 desde el norte de Suecia, entrando en el espacio y alcanzando 240 kilómetros de altitud.
Las células solares orgánicas y de perovskita, ubicadas en la carga útil, soportaron con éxito las condiciones extremas del viaje del cohete. Desde el estruendo y el calor en el despegue, hasta la fuerte luz ultravioleta y el vacío ultra alto en el espacio.
Las células solares orgánicas y de perovskita también pueden funcionar en condiciones de poca luz. Cuando no hay luz directa en la célula solar tradicional, ésta típicamente deja de funcionar, y la potencia de salida se vuelve cero. Sin embargo, el equipo descubrió una salida de energía alimentada por la débil luz difusa reflejada desde la superficie de la Tierra. Se producía a través de las células solares orgánicas y de perovskita que no estaban expuestas a la luz solar directa.
Müller-Buschbaum afirma:
«Esta es una buena pista y confirma que la tecnología puede usarse en lo que se llama misiones al espacio profundo, lejos del Sol, donde las células solares estándar no funcionarían.
Hay un futuro muy emocionante para este tipo de tecnología, permitiendo usar estas células solares en más misiones espaciales en el futuro».
El propio investigador indica que una de las limitaciones del estudio es el corto tiempo que el cohete pasó en el espacio, apenas 7 minutos. El siguiente paso será emplear dichas células solares en aplicaciones a largo plazo en el espacio, como los satélites. Será la forma de comprender su vida útil, su estabilidad a largo plazo y su pleno potencial.
Müller-Buschbaum añade:
«Es la primera vez que estas células solares orgánicas y de perovskita están en el espacio, y eso es realmente un hito.
Lo realmente genial es que esto está allanando el camino para llevar estos tipos de células solares a más aplicaciones en el espacio. A largo plazo, esto también podría ayudar a llevar estas tecnologías a un uso más amplio en nuestro entorno terrestre».
FUENTE: NCYT Amazings
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela