Dado que el espacio para almacenarlos es limitado, una correcta y eficiente clasificación de los residuos que se producirán como resultado del desmantelamiento de las centrales nucleares resulta fundamental. El invento del IFIC se ha probado con éxito en la central de Zorita.
Investigadores del Instituto de Física Corpuscular (IFIC), del centro mixto del CSIC y de la Universidad de Valencia, han desarrollado un sistema que ayuda a clasificar los residuos generados en el desmantelamiento de centrales nucleares que permitirá reducir costes y volumen de almacenamiento. El sistema se ha desarrollado junto con la empresa pública encargada de gestionar los residuos, ENRESA, y se ha probado con éxito en el desmantelamiento de la central de Zorita.
El sistema, denominado GUALI (Gamma Unit Advanced Location Imager), consiste en un dispositivo portátil compuesto por un detector de cristal centellador acoplado a un fotosensor sensible a la posición, que detecta la radiación gamma procedente de los isótopos radiactivos y determina su distribución mediante espectrometría.
El sistema que ayuda a clasificar los residuos generados en el desmantelamiento de centrales nucleares que permitirá reducir costes y volumen de almacenamiento
Al combinar estos datos con una cámara frontal para determinar las coordenadas espaciales, GUALI permite ubicar las zonas más activas dentro de los contenedores donde se almacenan los residuos generados en el desmantelamiento de la central. Los detectores utilizados actualmente en esta fase del proceso solo son capaces de distinguir los isótopos radiactivos presentes, asumiendo una actividad homogénea en todo el contenedor.
Casos de éxito en desmantelamiento de centrales nucleares
De las 100.000 toneladas generadas en el desmantelamiento de la central José Cabrera (Zorita), 9.000 se catalogaron como residuos radiactivos.
Estos se clasifican según su actividad:
- los de alta, que incluyen elementos con periodos de desintegración superiores a 30 años (combustible nuclear y componentes del reactor), se ubican durante unos años en terrenos de la propia central, a la espera de resolver la ubicación del Almacén Temporal Centralizado (ATC)
- los de media se almacenan en las instalaciones de ENRESA en El Cabril (Córdoba), que se encuentran casi al 80% de su capacidad
- los de baja actividad, son la gran mayoría junto a los media actividad y tienen el mismo destino que estos
“GUALI permite la caracterización de los isótopos radiactivos y su distribución dentro del contenedor”, explica Luis Caballero Ontanaya, uno de los investigadores del IFIC que ha desarrollado GUALI. “Además, hemos diseñado un dispositivo portátil, que permitirá su utilización en las diferentes áreas de la central nuclear durante el proceso de desmantelamiento, y de uso autónomo por el equipo de ENRESA mediante un software para el análisis de datos”, asegura.
El sistema admite mejoras
En la actualidad, el equipo del IFIC continúa colaborando con ENRESA para continuar adaptando este sistema a las características propias del proceso de caracterización de residuos radiactivos.
La siguiente fase de GUALI incluirá el desarrollo de nuevas técnicas de reconstrucción espacial basadas en inteligencia artificial y mejoras para realizar medidas directamente en las distintas instalaciones de la central nuclear en la fase previa de caracterización de los materiales radiactivos.
Estas mejoras se probarán en el desmantelamiento de Santa María de Garoña (Burgos), la última central nuclear en parar donde ENRESA tiene previsto comenzar los trabajos en 2021.
GreenPeace pide que aumentar la tasa nuclear
Mientras por un lado buscan mejoras para agilizar el desmantelamiento de las centrales nucleares; por otro, los ecologistas de Greenpeace han reclamado al próximo Gobierno que se forme después de la repetición de las elecciones generales del 10 de noviembre multiplique por tres la tasa nuclear para el desmantelamiento que deberán pagar las empresas eléctricas.
Además, pide que se adelante el cierre de las centrales nucleares para evitar el «peligro latente» y generar empleo. De este modo, solicita al próximo Gobierno que se tome como una prioridad la financiación del desmantelamiento del parque nuclear y la gestión de sus residuos para que las empresas «del oligopolio eléctrico» asuman la mayor parte posible de los elevados costes del cierre de las centrales y la gestión de residuos nucleares.
Greenpeace insiste también en la «necesidad» de actualizar al alza los fondos del Plan de Gestión de Residuos Radiactivos «en cuanto haya un Gobierno» puesto que la propuesta anterior está «obsoleta».
En la actualidad, el fondo cuenta con 5.674 millones de euros, cuando finalice la actual vida de las centrales a los 40 años, aunque Enresa calcula que se necesitarán al menos 10.697, una cantidad que Greenpeace eleva a 15.400 millones.
La responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, Raquel Montón, ha calificado a la energía nuclear de «elefante blanco que sigue pidiendo dinero público» para continuar y para cerrar y que no aporta lo que la sociedad necesita para el año 2020 en términos ambientales, económicos y energéticos.
Asimismo, insiste en que el Gobierno deberá vigilar para que las eléctricas no repercutan el aumento de la tasa nuclear en los ciudadanos.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.