Comienza el cierre de las últimas centrales de carbón en Francia. Fue una de las promesas que hizo Emmanuel Macron en la campaña a las presidenciales en 2017. Para el gobierno francés es un paso adelante en su lucha contra el cambio climático y una manera de cumplir los objetivos en esa línea.
A través de la Secretaría de Estado para la Transición Ecológica se ha informado de cómo va a ser la hoja de ruta. La central de Le Havre (Sena Marítimo), de 580 megavatios (MW), cerrará el 1 de abril de 2021. La de Sant Avold (Mosela), en 2022.
El cierre es parte del plan del gobierno para eliminar gradualmente sus 3.000 MW restantes de capacidad de generación de carbón para fines de 2022. Y el objetivo es frenar las emisiones de carbono del sector energético, al tiempo que se impulsan las fuentes de energía renovables, según ha informado Reuters.
El generador de Le Havre, operado por la empresa de servicios públicos EDF, es uno de los cinco generadores de carbón que quedan en Francia.
EDF también opera los dos generadores de carbón de 580 MW en la central eléctrica de carbón Cordemais. Reuters indica que están trabajando para convertirlos en centrales de biomasa. Eso permitiría extender sus operaciones más allá de 2022 con la aprobación del gobierno.
Francia tiene otras dos plantas de carbón, Emile Huchet 6 y Provence 5, con una capacidad instalada combinada de 1.200 MW. Son propiedad del grupo energético centroeuropeo EPH, que las compró a la empresa alemana Uniper.
Decisión de cierre de las centrales de carbón en Francia
Estas decisiones van muy en línea de lo que Emmanuel Macron dijo hace un tiempo:
“También hemos decidido hacer de Francia un modelo en la lucha contra el cambio climático».
Emmanuelle Wargon
, Secretaria de Estado, ha afirmado al respecto al cierre de las centrales, según Le Monde:
«Es una decisión ecológica: las centrales eléctricas de carbón representan el 2% de las emisiones de CO 2 en Francia, pero el 30% de las emisiones de la producción eléctrica”.
Sin embargo, el problema para el gobierno es cómo evitar una transición injusta para los trabajadores. Empezando con los 160 de la planta de Le Havre.
EDF es propiedad 83% por el Estado y la Secretaria de Estado ha asegurado que se encontrará un trabajo para cada uno de los 160 empleados de EDF. Además, elogió la instalación de turbinas eólicas en alta mar a unos cientos de metros de la planta de energía.
Sin embargo, no todo el mundo está contento con respecto a las negociaciones en Le Havre. Frédéric Guérin, del sindicato CGT de Le Havre denuncia que las negociaciones llevadas a cabo son menos favorables que las realizadas en otros lugares. Tal es el caso de la central nuclear de Fessenheim (Haut-Rhin), cuyos dos reactores deben cerrar este año.
El problema, en este caso, es que EDF quiere mantener en funcionamiento las turbinas hasta el último momento. Para ello requiere gran parte de los trabajadores y de los equipos.
De ahí que ya se hayan llevado a cabo varias huelgas para protestar contra los planes de energía del carbón en Le Havre.
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela