La sede de Enerclub ha vuelto a presentar un nuevo informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). En esta ocasión ha sido: “Redes eléctricas y seguridad en la transición energética”. El informe identifica la necesidad de modernizar y ampliar, a nivel mundial, 80 millones de km de redes a 2040. La cifra es el equivalente a las redes disponibles actualmente. Así, se podrá cumplir con objetivos climáticos y respaldar la seguridad energética.
La presentación ha estado a cargo de Pablo Hevia-Koch, responsable de integración renovable y seguridad eléctrica de la AIE. Junto a él, Arcadio Gutiérrez, director general de Enerclub.
Se trata del primer informe de la agencia sobre redes eléctricas y enfatiza su importancia. Recientemente, la Comisión Europea ha publicado un Plan de Acción para el desarrollo de las Redes en Europa.
Informe sobre redes y seguridad de la AIE
El presente informe se basa principalmente en el Announced Pledges Scenario (APS) de la AIE. Tiene en cuenta que se cumplen en su totalidad los objetivos anunciados por cada país y en los plazos establecidos.
Pablo Hevia-Koch señaló que el gran crecimiento de la electricidad conlleva un aumento en la demanda de las redes. La adopción de nuevas tecnologías y el crecimiento de las renovables requieren de más redes para evitar cuellos de botella. Entre las primeras: coches eléctricos, bombas de calor o producción de hidrógeno mediante electrólisis.
Si se cumplen los compromisos anunciados, las energías eólica y fotovoltaica representarían más del 80% del aumento de la capacidad energética mundial en las próximas décadas. En las dos anteriores fue del 40%. Además, según el informe:
“Para alcanzar los objetivos de clima y energía de los países, la demanda de electricidad tendría que aumentar un 20% más rápido en la próxima década respecto a la anterior. Además, es imprescindible modernizar y ampliar 80 millones de kilómetros de redes a 2040 (equivalente a toda la red mundial existente). Son también esenciales cambios en las infraestructuras, la planificación y la gestión de las redes”.
Respecto a la inversión en redes, prácticamente estancada, debería duplicarse y pasar los $ 600 mil millones anuales en 2030. Así podría ir en paralelo a la inversión en energías renovables (casi el doble desde 2010). El informe identifica 3.000 GW de proyectos renovables. De ellos, 1.500 GW están en estado avanzado, a la espera de conexión a la red. Esa cantidad equivale a multiplicar por cinco la suma de la capacidad instalada de energía solar fotovoltaica y eólica en el mundo en 2022.
Por tanto, es esencial la digitalización y la modernización de las redes de transporte y distribución, así como disponer de mayor flexibilidad para adaptarse a los cambios en la producción, incluyendo mecanismos de respuesta de la demanda y almacenamiento. La flexibilidad de las redes tendría que duplicarse entre 2022 y 2030.
Grid Delay Case
El informe incorpora un nuevo escenario llamado Grid Delay Case. Analiza lo que sucedería si la inversión y las reformas regulatorias no aumentasen al ritmo necesario. La principal consecuencia, es que se frenaría el crecimiento de las energías renovables. Así, las importaciones mundiales de gas en este escenario se incrementarían en 80 bcm/año a partir de 2030. En cuanto a las importaciones de carbón, casi 50 Mt más. En total, esta importación extra de combustibles fósiles supondría un coste de más de 500 mil millones de dólares.
Además, las emisiones acumuladas de CO2 entre 2030 y 2050 sumarían 58 Mt extra sobre el escenario de políticas anunciadas. Esa cantidad equivales a las emisiones globales de CO2 del sector energético en los últimos cuatro años. Y la temperatura global superaría los 2ºC, muy por encima del objetivo del Acuerdo de París de 1,5°C.
Por tanto, la seguridad energética se vería comprometida. Los cortes de suministro serían mucho más frecuentes. Según el informe: actualmente ya cuestan USD 100 billion al año, equivalente al 0,1% del PIB mundial.
La AIE recomienda
Entre otras recomendaciones, la agencia considera urgente comenzar a modernizar y ampliar las redes. Los plazos de planificación, aprobación y ejecución son muy largos. Y añade:
“Disponer de una nueva infraestructura de red puede dilatarse entre 5 y 15 años, frente a los 1-5 años de los nuevos proyectos de energías renovables o por debajo de los dos años en el caso de una nueva infraestructura de carga para vehículos eléctricos”.
El documento señala la necesidad de ampliar y fortalecer las interconexiones dentro de cada país, entre países y entre regiones. Será la manera de que los sistemas eléctricos sean más resilientes e integren mejor la energía solar y eólica. Solicita a los gobiernos respaldar proyectos a gran escala para garantizar el óptimo funcionamiento de las redes ante un mayor crecimiento de la energía renovable. La digitalización será clave para que las redes sean más resilientes y flexibles.
La AIE considera vital la cooperación internacional para llevar a cabo todo esto. Las economías emergentes y en desarrollo, excepto en China, han disminuido las inversiones en redes en los últimos años.
Los gobiernos deberían integrar planes de redes de transporte y distribución con planes de transición energética. A largo plazo y en todos los sectores.
Existen diferencias entre regiones a la hora de abordar el desarrollo de la red, según el informe. India, Indonesia y Corea dependen de la solvencia de sus empresas. Para África Sahariana, la principal barrera es el alto coste de la inversión y el acceso limitado a la financiación. En Europa, Estados Unidos, Chile y Japón, el reto es conseguir la aceptación pública de nuevos proyectos y afrontar una reforma regulatoria. La AIE propone a estas últimas regiones, que los gobiernos mejoren la planificación de las redes, permitan inversiones anticipadas a las evaluaciones de riesgos y agilicen los procesos administrativos.
En resumen
En resumen, la AIE sugiere:
- Actualizar la planificación de forma estratégica, integrada e intersectorial;
- Desbloquear las inversiones mejorando los esquemas de remuneración de las compañías de redes (colaboración público-privado);
- Reforma regulatoria que incentive el desarrollo de las redes;
- Crear cadenas de suministro resilientes a través de carteras de proyectos firmes y transparentes;
- Digitalización de la infraestructura y avanzar en los recursos distribuidos;
- Y contar con profesionales cualificados, sobre todo, con habilidades digitales y eléctricas.
Redes eléctricas en España
La mesa redonda posterior a la presentación del informe se centró en las redes eléctricas en España.
Los ponentes fueron: Pedro González, director general de la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía, AEGE; Marta Castro, directora de Regulación de la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica, AELEC; Francisco Javier López, vicepresidente de la Asociación de Empresas Eléctricas, ASEME; Marta Viñas, directora de Regulación de la Asociación de Distribuidoras de Energía Eléctrica, CIDE; Aniceto Zaragoza, presidente de la agrupación de fabricantes de cemento de España, OFICEMEN y Julián Díaz, director de Regulación de Red Eléctrica.
Sus recomendaciones más relevantes:
- Disponer de más redes para integrar las nuevas tecnologías.
- Un modelo regulatorio razonable, estable, predecible, que refleje los costes reales de las redes.
- Planificaciones robustas y proactivas a largo plazo.
- Nuevo modelo en la operativa y la monitorización de las redes que exige de la digitalización para avanzar.
- Duplicar las inversiones para alcanzar la transición energética.
- Colaboración público-privada.
- Interconexiones.
- Aumento de la demanda eléctrica, teniendo en cuenta la fiscalidad y la política industrial. Se deben redefinir los objetivos que deben partir del lado de la demanda.
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Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela