Brasil
ha iniciado nuevas políticas de respaldo a la industria del carbón bajo la advertencia de los científicos de los graves efectos que tendrá sobre el clima. La semana pasada, el Ministerio de Minas y Energía de Brasil publicó los detalles de un nuevo programa que respaldará al sector del carbón hasta 2050 en los estados del sur del país, donde las minas son los principales empleadores y las centrales térmicas proporcionan una capacidad de generación sustancial.
El Programa para el Uso Sostenible del Carbón Mineral Nacional tiene como objetivo atraer alrededor de 20 mil millones de reales (3,9 mil millones de dólares estadounidenses) en inversiones durante los próximos 10 años, según la propuesta publicada en el sitio web del ministerio. El programa contempla modernizar las centrales eléctricas de carbón para hacerlas más eficientes y permitir que la electricidad de dichos generadores se venda hasta 2050, cuando el país planea alcanzar la descarbonización completa de su sector energético. También incluye regímenes fiscales especiales para el carbón y la orientación de los recursos públicos de investigación al sector.
Casi todas las reservas de carbón de Brasil, junto con seis centrales eléctricas con una capacidad combinada de 1.572 MW, se encuentran en los estados sureños de Santa Catarina, Rio Grande do Sul y Paraná. Según el ministerio, una drástica desaceleración en el uso del carbón tendría impactos sociales y económicos negativos en la región.
Brasil, a contracorriente de la transición energética mundial
La propuesta se produjo el mismo día que la publicación de un informe de las Naciones Unidas que atribuye la responsabilidad total del cambio climático al comportamiento humano, como la liberación de dióxido de carbono que atrapa el calor mediante la quema de combustibles fósiles para obtener energía. Según el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, este informe ha de ser una «sentencia de muerte» para el carbón y otros combustibles fósiles.
Pese a su gran tamaño, Brasil no consume tanto carbón como otros grandes países. Por ejemplo, China consume en tres días lo que el país sudamericano en un año. Aún así, el programa de la industria del carbón es el último ejemplo de que Brasil está fuera de sintonía con otras economías importantes en lo que respecta al cambio climático. El gabinete del presidente Jair Bolsonaro ha buscado atraer capital extranjero a sectores como la exploración petrolera y la inversión en la selva amazónica.
Fuente: Bloomberg.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.