Como consecuencia del excesivo consumo humano, la incidencia de microplásticos en el medio ambiente ha provocado un cúmulo insostenbible en ecosistemas acuáticos y terrestres, repercutiendo de forma servera la saluda humana y ambiental.
Por otro lado, el problema se agrava al ser ineficiente la eliminación de contaminantes en las plantas de tratamiento de aguas residuales actuales, que no cuentan con las tecnologías necesarias. Por ello, se hace urgente el desarrollo de nuevas técnicas de eliminación.
Los microplásticos y su impacto
Con un tamaño inferior a los 5 milímetros, los microplásticos son pequeñas partículas de plástico que representan una preocupación ambiental significativa, especialmente en los ecosistemas acuáticos. Provienen de gran cantidad de fuentes, entra las que se incluyen la degradación de los productos plásticos más grandes y microesferas utilizadas en productos de cuidado personal.
Así influyen en diferentes ámbitos:
- Ecosistemas marinos: los microplásticos se acumulan en océanos, lagos y ríos, afectando severamente a la vida en estos entornos.
- Cadena alimentaria: Los pequeños organismos que ingieren estos plásticos los pasan a lo largo de la cadena alimentaria, llegando potencialmente a los humanos.
- Toxinas: Algunos microplásticos absorben o contienen sustancias tóxicas que son dañinas tanto para la vida actuática como para la humana.
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Tecnología para eliminación de microplástico
Con esta problemática, IMDEA Energía ha llevado a cabo una investigación centrada en el estudio de plataformas/composites compuestas por materiales porosos, Redes metal-orgánicas, MOFs (de sus siglas en inglés, metal-organic frameworks), combinadas con enzimas para fomentar los procesos de degradación de dichos microplásticos presentes en el agua.
Tras evaluar diez prototipos de MOF, los investigadores de la Unidad de Materiales Porosos Avanzados del Instituto han conseguido inmovilizar la enzima Candida Rugosa Lipase, y encontraron que los composites resultantes eran efectivos para degradas bis (hydroxyethyl)terephthalate (BHET), un subproducto del plástico PET. En 24 horas, el composite logró eliminar un 37% de BHET y erosionar la superficie de plásticos reales, demostrando su efectividad y estabilidad.Por primera vez se ha demostrado que estas redes metal-organicas (MOFs,) han sido capaces de erosionar la superficie real de un plástico procedente de una botella de agua comercial.
Con ello, los resultados obtenidos por el instituto suponen un avance en materia de diseño de materiales inteligentes para la eliminiación de los microplásticos y nanoplásticos, que constantemente llegan a las plantas de tratamiento de agua.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.