El mundo se ha movilizado durante siete días. En concreto, desde que comenzaron las concentraciones el pasado viernes, día 20, coincidiendo con la cumbre climática de la Asamblea de Naciones Unidas. Hoy, día 27, han culminado los actos con multitudinarias manifestaciones en 160 países, y no sólo se han movilizado los jóvenes, sino la sociedad en general.
Asistimos, quizás ahora sí, a un antes y un después con respecto al clima. Han sido paros, manifestaciones, concentraciones en centros de trabajo, colegios o comercios. También ha habido performances en las calles, reuniones juveniles y manifestaciones de estudiantes. Un gran grito común pidiendo soluciones y futuro.
160 países han apoyado los actos realizados. Entre ellos, España, donde la respuesta a la convocatoria ha sido masiva. En numerosas ciudades ha habido manifestaciones y con el apoyo de buena parte de la sociedad española. Y han sido más 300 organizaciones las que se han involucrado.
Causas de la movilización
Hace unos días decíamos que la crisis climática, según buena parte de las organizaciones involucradas en las jornadas precedentes, está motivada por el modelo de producción. Los combustibles fósiles y el consumo globalizado están poniendo el riesgo el futuro del planeta. Ecosistemas y especies están desapareciendo, Y, además, las poblaciones más pobres y vulnerables son las más perjudicadas por lo que sucede.
Los informes científicos llevan mucho tiempo incidiendo sobre el tema. Un millón de especies y de ecosistemas se encuentran al borde de la extinción como consecuencia de las actividades humanas. Si el ser humano no reduce los gases de efecto invernadero, la temperatura del planeta subirá a más de dos grados en 2050. Y eso provocará más desastres naturales, temperaturas extremas, deshielo de glaciares, subida del nivel del mar…
No es de extrañar, por tanto, que en la Asamblea General de la ONU estuvieran varios líderes de diferentes islas del Pacífico exigiendo acciones encaminadas a preservar la vida de sus islas. El océano, que ha sido la fuente de gran parte de sus alimentos y recursos, ahora provoca frecuentes catástrofes. Así, el aumento del nivel del mar, la erosión costera, la destrucción de los arrecifes y el calentamiento, que conduce a ciclones más frecuentes y más severos que amenazan la región. Las islas corren el riesgo de desaparecer.
Multitudinarias manifestaciones de los jóvenes
Pero estas jornadas han tenido unos protagonistas contundentes y críticos: los jóvenes. A lo largo de todo el mundo, han convocado manifestaciones para denunciar la inactividad de políticos y empresarios con respecto al cambio climático. Se preguntan por qué son ellos los que van a tener que soportar en el futuro los problemas del planeta por culpa de otros, especialmente de su inactividad.
La respuesta de los jóvenes a la activista adolescente sueca, Greta Thunberg, ha sido masiva. Quizás ella personifica la postura de la juventud ante la inactividad de la que acusan a políticos y empresarios. En la cumbre del cambio climático de la ONU, el pasado lunes, tuvo un duro mensaje para los líderes mundiales. Entre otras cosas, dijo:
«No debería estar aquí. Debería estar de regreso en la escuela, al otro lado del océano. Sin embargo, todos ustedes vienen a nosotros, los jóvenes, en busca de esperanza. ¿Cómo se atreven? Han robado mis sueños y mi infancia con sus palabras vacías».
Algunas consignas
Las pancartas a lo largo del mundo han dejado en evidencia que los jóvenes no quieren admitir más inacción. Como una sola voz, han sido claros con respecto a lo serio del problema.
Entre las consignas más vistas en España: “El capitalismo mata al planeta”. Ni un grado más, ni una especie menos”. “No hay un planeta B”. “Hay más plástico que sentido común”. “Vuestro silencio nos está costando la vida y el planeta”. “Nuestro futuro no está en venta”.
Otros ejemplos de las pancartas de los asistentes a las manifestaciones de todo el mundo:
En Indonesia: «No quiero tu esperanza, quiero tu acción». «El planeta se derrite, paremos el calentamiento global».
En Italia: “Es inútil conquistar la Luna y perder la Tierra». «Nos habéis dejado sin futuro». «Salvad el mundo».
En Sudáfrica: “El cambio climático es real”. “Cambiad el sistema, no el clima”.
Vanuatu (Oceanía): “Estoy seguro que los dinosaurios pensaron también que tenían tiempo”.
Australia: “Pedimos políticas basadas en la Ciencia: Fuera los combustibles fósiles en 5-10 años”. “No lo empezamos, pero lo combatimos”.
Nueva York: “No podemos beber petróleo, no podemos respirar dinero”.
India: “Salva Nuestro Planeta. Salva Nuestro Mundo”. “Este es el único planeta que tenemos».
Reacciones y respuestas
Sin embargo, la ola de apoyo, a nivel mundial, ha hecho que muchas personas se sientan esperanzadas. Y, además, las movilizaciones han conseguido también mover la conciencia de muchos empresarios.
Desde The Climate Group preguntan a las empresas si están preparadas para la “Década del Clima”. Han vivido una oleada de adhesiones de compañías de todo el mundo dispuestas a trabajar por el planeta, entre ellas, Iberdrola, la primera compañía española que se ha unido a la iniciativa.
Desde The Climate Group dicen que “reducir a la mitad las emisiones globales será la historia de los próximos 10 años”.
La movilización global ha dado esperanzas, aunque hay muchas voces que señalan un problema. Y tiene que ver con las 100 empresas del sector energético que son responsables de casi tres cuartas partes de las emisiones de CO2 en el planeta. Eso según el mapa de The Decolonial Atlas.
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela