Los datos son tozudos. Nuestra querida Asociación de Ciencias Ambientales, ACA, acaba de publicar su tercer informe sobre pobreza energética, y, de nuevo, descubrimos un vergonzante dato que ningún país debería permitirse, y menos uno “avanzado”: unos doce millones de personas viven en situación de pobreza energética en España, el 21% de los hogares.
Esto significa que unas 7.000 personas mueren por esta causa al año. Esto significa miles de niños que no pueden desarrollarse, ni estudiar, ni vivir como el resto de sus compañeros, esto significa injusticia social, y de la buena.
Hemos pedido soluciones por activa y por pasiva cientos de veces
Desde la administración, lo primero es hacerse cargo de toda esta población en riesgo de pobreza energética, prohibir a las compañías el corte del suministro automático por impagos, dar a conocer el bono social, rehabilitar edificios, ayudas económicas directas o indirectas a través de bonificación de impuestos, por supuesto, derogar urgentemente el decreto de autoconsumo, el famoso “impuesto al sol”, etc.
La mejor forma de ahorrar energía es no consumirla, pero no porque no podamos pagarla, sino porque no hace falta. Hablamos de conciencia del consumidor/ciudadano, de microeficiencias, de corresponsabilidad y de información.
La energía es un derecho esencial, y sin embargo se utiliza de forma torticera, en favor del enriquecimiento de unos pocos en contra del bien común, del bien general de los ciudadanos y del clima.
Es increíble que la balanza comercial sea deficitaria por culpa de los combustibles fósiles, en un país que fue vanguardia en energías renovables.
Volvamos al autoconsumo
Se acusa de “depredadores”, de chupópteros del sistema… pues bien, porque no hacemos una auditoría de costes de una vez por todas, a ver quién es el depredador, quién lleva años siéndolo, y cómo se distribuye.
El decreto, que entorpece y casi dinamita el crecimiento del autoconsumo, es en realidad una respuesta exagerada del oligopolio energético que teme, con razón, ver caer sus desorbitados beneficios, pero sobre todo teme perder lo más importante de todo, que es el control sobre los ciudadanos cual señor feudal.
El que los ciudadanos tengamos el poder gracias a las nuevas tecnologías, y las energías renovables, sobre la producción y el consumo de la energía, es algo tan revolucionario, como que se convierte en la herramienta fundamental en manos de los consumidores, para cambiar definitivamente el modelo.
Hemos hablado muchas veces del empoderamiento de los consumidores, pero es ahora, como ya he dicho, con las nuevas tecnologías, con una nueva conciencia sobre la forma de trabajar, y con una manera de vivir que coopere con el planeta y no acabe con él, cuando de verdad nos estamos convirtiendo en enemigo peligroso.
Desde ASGECO no cejamos en luchar por poner al ciudadano/consumidor en el centro de sus actos, queremos ser los protagonistas, el agente del cambio, de una nueva sociedad.
Es por ello que impulsamos una casa común llamada #CoopSumidores, donde queremos tejer una red de alianzas con todas aquellas que compartan los principios y valores de la cooperación, la colaboración y la solidaridad, personas informadas, dispuestas al activismo consumerista, cómplices para una nueva sociedad y del tránsito necesario a un nuevo modelo energético.
Ana Isabel Ceballo Sierra
@CeballoSierraA
Presidente de la Asociación General de Consumidores, ASGECO CONFEDERACIÓN
#CoopSumidores
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.