El proyecto europeo GrowGreen, enmarcado en el programa H2020, es una iniciativa con el objetivo de hacer de Valencia una ciudad más verde, adaptándola mejor a su clima y mejorando la calidad de vida de sus habitantes. El barrio de Benicalap verá un cambio sustancial en su aspecto, que será modificado a partir de soluciones basadas en la naturaleza.
El barrio de Benicalap, en Valencia, será el escenario de acción del proyecto europeo GrowGreen, enmarcado en el programa H2020. Mediante soluciones basadas en la naturaleza, este distrito de la ciudad pegado a la huerta experimentará un cambio sustancial al incrementar sus espacios verdes con innovadoras respuestas que responden a los desafíos del cambio climático y a la sostenibilidad.
Con una duración de cinco años, GrowGreen es un proyecto europeo del que Valencia forma parte junto a Manchester (Reino Unido), Breslavia (Polonia) y Bujan (China). Por otra parte, Zadar (Croacia), Brest (Francia) y Módena (Italia), replicarán los casos de éxito de las tres primeras.
Objetivos de GrowGreen
Entre los objetivos principales de GrowGreen destacan fundamentalmente tres. En primer lugar, el proyecto se propone evidenciar por un lado que las soluciones basadas en la naturaleza en las ciudades son acciones rentables y replicables para aumentar la resiliencia al clima y al agua; y por otro, que respaldar el desarrollo de las políticas de SBN y el mercado global de SBN, genera beneficios sociales, ambientales y económicos.
Del mismo modo, GrowGreen quiere desarrollar un enfoque replicable fácil de usar para apoyar el desarrollo e implementación de estrategias SBN en ciudades, alineado con las prioridades existentes de la ciudad.
Por último, también tratará de respaldar, impulsar y permitir la puesta en funcionamiento de estrategias SBN en las ciudades, mediante la sensibilización y el desarrollo de capacidades, apoyando el despliegue de políticas y modelos de negocio destinados a la inversión.
«El principal reto sería que los proyectos piloto sirvan realmente como demostradores de que es posible un urbanismo sostenible en la ciudad de Valencia y que sean catalizadores para un cambio hacia un planteamiento urbano que atienda a los problemas de cambio climático, es decir a la escasez de agua, estrés térmico, biodiversidad, y aspectos sociales.»
Acciones que se implementarán a lo largo del proyecto
Hasta 6 acciones piloto, todas ellas basadas en la naturaleza, están contempladas en la ejecución del proyecto.
Entre ellas, está prevista la construcción de un ecosistema vertical, un jardín basado en una pared verde, que se riega de arriba hacia abajo por aguas grises, recicladas de lavabos. Este jardín vertical tendrá un seguimiento de su consumo, crecimiento, mantenimiento, y su aportación a la reducción de la temperatura ambiente. Además el agua regenerada se utilizará también para regar un zona verde del equipamiento escogido.
Por otra parte, GrowGreen también contempla la creación de un pequeño bosque sostenible con el objetivo de compensar emisiones de CO2. Se trata de una nueva zona arbolada donde la gestión del agua y la energía se realizarán con criterios de máxima sostenibilidad, y cuyo nuevo mobiliario se realizará con materiales orgánicos, reciclados y certificados.
Por último, existen también una serie de acciones comunes a todas las ciudades participantes en el proyecto. Destaca entre ellas la medición de datos climáticos antes, durante y después de la ejecución del proyecto para demostrar así los efectos positivos de implantar soluciones basadas en la naturaleza en las ciudades. De este modo, será más sencillo replicar estos modelos en otras ciudades. Por ejemplo, Zaragoza es una de las primeras ciudades a nivel mundial que ha adaptado la tecnología digital trabajando con ABB.
Retos a los que se enfrenta el proyecto
Según los creadores del proyecto Grow Green Valencia, «el principal reto sería que los proyectos piloto sirvan realmente como demostradores de que es posible un urbanismo sostenible en la ciudad de Valencia y que sean catalizadores para un cambio hacia un planteamiento urbano que atienda a los problemas de cambio climático, es decir a la escasez de agua, estrés térmico, biodiversidad, y aspectos sociales. Durante el diseño de los proyectos piloto el reto principal ha sido encontrar un equilibrio entre ser innovador, atender peticiones de la participación pública, cumplir con los objetivos de Europa y encajar en la realidad de una gestión municipal del espacio público. Actuar en el tejido consolidado de la ciudad ha requerido un esfuerzo en entender la complejidad socio-cultural y administrativa.»
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.