La organización ecologista Greenpeace, a través de su compañía eléctrica Greenpeace Energy, aspira a comprar al consorcio RWE la cuenca minera de Renania en Alemania, la mayor explotación carbonífera de Europa, con la intención de clausurarla junto a las centrales térmicas que alimenta para levantar en sus terrenos el mayor parque de energías renovables del continente.
Un portavoz de Greenpeace anunció ayer que el proyecto contempla asumir escalonadamente hasta 2020 las minas de carbón a cielo abierto y las centrales eléctricas de RWE en esa región, para acabar con su actividad en 2025. En su lugar se levantarán varios parques eólicos y plantas fotovoltaicas con un rendimiento total de 8,2 gigavatios, una potencia equivalente a ocho centrales nucleares.
La iniciativa, acompañada de varios estudios económicos, ecológicos y sociales para certificar su viabilidad, tendría un coste total de 7.000 millones de euros y no contempla un solo despido, ya que todo el personal de RWE afectado sería recolocado. El plan energético de Greenpeace ahorraría 441 millones de toneladas de emisiones de CO2.
En declaraciones a Spiegel Online, Udo Sieverding, experto energético de la oficina del consumidor de Renania del Norte-Westfalia, subraya que tanto el presupuesto como la financiación del proyecto son fiables. Greenpeace propone crear una cooperativa de explotación en la que participen ciudadanos, municipios y empresas privadas, prioritariamente de la región.
Gracias a la economía de escala, las nuevas plantas podrían levantarse sin subvenciones ecológicas y los inversores obtendrían rendimientos del 5% al 7%. «Los cálculos son realistas. Greenpeace Energy tiene competencia para levantar esas plantas a bajo precio y suministrar su energía a los clientes», señaló Sieverding. Greenpeace Energy se dispone a iniciar negociaciones con el Gobierno federal.
La lucha de Greenpeace contra las nucleares y el carbón
El pasado 13 de marzo, Greenpeace presentó en su sede en Madrid el informe Único sentido: 2025 sin carbón ni energía nuclear.
Alguna de las conclusiones que Greenpeace ofreció fueron las siguientes:
- La diferencia entre el coste total del escenario energético actual frente a uno sin carbón ni nucleares es del 1,8% , lo que supone una cantidad asumible de 186 millones de euros.
- La desaparición del carbón significa un importante ahorro en emisiones de CO2.
- El cierre progresivo de centrales nucleares en 2025 supondría un aumento del coste del sistema de 800 a 1.200 millones de euros.
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.