Greenpeace presentó ayer en la Cumbre del Clima de Marrakech el informe «Más allá del carbón. Alternativas sostenibles para el futuro de las cuencas mineras», un trabajo en el que por primera vez se analiza, con un caso de estudio concreto, el fin del uso de carbón para producir electricidad y se presentan alternativas de empleo para las personas de las cuencas mineras que viven de este sector.
El informe, presentado en un evento organizado por la Confederación europea de sindicatos y la Organización Internacional del Trabajo y en cuya elaboración han participado el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de CCOO y la consultora Abay Analistas Económicos, «aborda una cuestión sobre la que ni las administraciones ni las empresas quieren hablar abiertamente«, dice la ONG: el fin del carbón y la necesidad de buscar alternativas sostenibles para el empleo.
Según la normativa europea, la minería del carbón que haya recibido ayudas para el cierre y la reconversión del sector deberá cerrar en 2018, de no ser así deberá devolver las ayudas, recuerda Greenpeace que señala en una nota que «España no ha actuado de manera convincente sobre este problema«.
La organización ecologista denuncia que «existe una falta absoluta de transparencia y de control administrativo en cómo se han destinado los fondos para la transición de las cuencas mineras» cuando desde la década de los 70 se han invertido miles de millones de euros en los programas de ayuda al sector.
Ayudas económicas para la extracción del carbón
Añade que «en España desde 1987 se involucró a las empresas eléctricas en las ayudas económicas para la extracción del carbón a las que se ofrecían pagos garantizados a cambio de comprar carbón nacional. Estas ayudas se han mantenido, con distintos formatos, hasta el año 2014«.
Al respecto, Tatiana Nuño, responsable de la campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace, señala que “ni las empresas mineras y eléctricas ni las administraciones implicadas han querido afrontar seriamente este problema durante años y ahora se ha convertido en una patata caliente que nadie quiere coger”. A su juicio, “las empresas tienen especial responsabilidad porque juegan con las esperanzas de los trabajadores al hacer depender de subvenciones públicas la continuidad de un sector que saben no tiene futuro”.
El fin del carbón es posible
En el informe se hace una revisión de la situación de la minería del carbón en España
, el marco legal y las características comunes de las regiones mineras, y una recopilación de casos internacionales de reconversión justa y sostenible en las cuencas mineras de carbón, para demostrar que el fin del carbón es posible.
También se realiza un novedoso caso de estudio de una de las comarcas donde el fin del carbón presenta más retos sociales: la cuenca minera de Andorra, en Teruel, que también depende de una gran central térmica propiedad de Endesa.
La zona cuenta con importantes reservas de lignito, un carbón especialmente contaminante, advierte la nota. El estudio desarrolla un análisis específico sobre posibles alternativas sostenibles al carbón en esta zona y constata que hay futuro después del carbón, aunque es necesaria la implicación de empresas y administraciones.
Greenpeace recuerda que el futuro de la central térmica de Andorra, Teruel no está asegurado más allá del año 2020, como el de otras muchas centrales en España. Según informa, de acuerdo a la Directiva europea de emisiones industriales de 2010 para que la central térmica de Andorra (Teruel) continúe su funcionamiento deberá implantar tecnología de reducción de emisiones de gases SOx y NOx antes del 30 de junio de 2020.
Con el informe, la organización ecologista no solo pretende demostrar que hay alternativas al carbón, sino también abrir una vía de diálogo entre las partes implicadas para que se aborde la transición del fin del carbón de manera justa con las personas y el medio ambiente.
“De ninguna manera podemos permitir que se den más ayudas a las eléctricas para que continúen con sus negocios en las energías sucias, somos el país del mundo que más ha aumentado su consumo de carbón entre 2014 y 2015 cuando todos los flujos de financiación deberían estar dirigiéndose a un desarrollo sostenible y sin emisiones”, recuerda Nuño.
Greenpeace exige al Gobierno de España responsabilidad y coherencia y que elimine todas las subvenciones a las energías sucias e ineficientes. «El Gobierno debe establecer un plan con fecha de cierre progresivo hasta el año 2025 de las térmicas de carbón en España, que incluya un plan para el descenso paulatino del uso del carbón y la transformación justa para todos los trabajadores del sector. Estos deben ser elementos ineludibles en cualquier pacto de Estado sobre energía«, dice.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.