El científico americano Michael Smith ha creado la Green Power House. Un concepto que va más allá de la generación distribuida, ya que trata de cerrar el círculo de la generación de energía, la recuperación de gases, y el cultivo de alimentos, mediante un proceso multifuncional.
Según el informe Cambio Climático 2022: Mitigación del Cambio Climático del IPCC, los sistemas descentralizados de bajas emisiones están demostrando ser una manera rentable de suministrar electricidad en las zonas rurales. En un contexto de preocupación sobre el futuro de estas áreas y la despoblación que conlleva la migración a las ciudades, es imperativo impulsar aquellas soluciones que ya están funcionando.
Por otro lado, y en el mismo informe, se destaca que métodos como la captura de carbono en el suelo y el biochar pueden mejorar la calidad del suelo y la capacidad de producción de alimentos. Con el objetivo de unir ambas cuestiones, nace en Montana, de manos del científico e inventor Michael Smith, una idea revolucionaria en el marco de la sostenibilidad: El Green Power House (Planta verde de energía)
¿Qué es la Green Power House?
La AACT Green Power House (“Planta verde de energía) se presenta como un híbrido entre planta de biomasa e invernadero de algas cuyo objetivo es generar energía, pero también regenerar los recursos naturales usando tecnología de carbono negativo. Esta tecnología pretende ayudar a las economías forestales, industriales, municipales y agrícolas mediante la generación de biogases, biocombustibles, calor y electricidad para la independencia energética fuera de la red, al tiempo que captura la mayoría de los residuos y los convierte en productos de regeneración de suelos.
La microgranja de algas
El primer componente de esta planta de producción de energía está compuesto por 8 estanques de 5700 litros diseñados para actuar como microgranja de algas. Los “canales” de algas producen algas ricas en energía alimentadas por biomasa leñosa – incluyendo residuos de madera (triturados en un molino en la misma planta), y también agua, luz solar y dióxido de carbono. Las microalgas crecen extremadamente rápido y medio kilo de algas frescas puede generar 1.000 KJ más de lo que generaría la misma cantidad de carbón.
Medio kilo de algas frescas puede generar 1.000 KJ más de lo que generaría la misma cantidad de carbón.
Las algas cosechadas son bombeadas a los tanques del fotobiorreactor, donde absorben el dióxido de carbono y el óxido nitroso generados por el Motor de Carbono Orgánico (OCE). La OCE también desempeña otras funciones: Gasifica astillas de madera y otros residuos de madera a alta temperatura para hacer funcionar parcialmente el sistema, y luego canaliza la energía sobrante a los intercambiadores de calor para regular los fotobiorreactores y el biorreactor anaeróbico.
El crecimiento de las microalgas entra en el segundo componente, el biorreactor anaerobio que convierte la biomasa de las algas en metano y gases de hidrógeno, y “abono de algas” – una sustancia concentrada rica en nutrientes. Los gases producidos se pueden convertir en electricidad y otras formas de energía para alimentar el molino.
La operación también genera una mezcla de biochar, el carbono orgánico creado a partir de la pirólisis de la biomasa de residuos y el resto derivado de las algas, un fertilizante orgánico de alta calidad para regenerar el suelo. Todos estos componentes están controlados por un sistema de inteligencia artificial que permite una mayor integración y adaptación de los flujos.
Recapitulando, los productos directos de esta planta son:
- Fertilizantes y acondicionadores orgánicos
- Productos de regeneración de suelos (Biochar)
Y los productos indirectos serían:
- Metano
- Biocombustibles
- Espacio para cultivo vertical en invernadero
- Energía eléctrica (250 kW/h), la suficiente para proveer a 100 hogares
- Calor para aplicaciones industriales, como hornos de secado
Las ventajas de Green Power House
Alternativas como esta, pensadas para la electrificación rural, aprovechan la biomasa de nuestros bosques, creando un ciclo cerrado, sin residuos, que trata de imitar a la propia naturaleza. Como ya tratamos en un artículo a comienzos del año, un informe del Instituto de Ingeniería de España confirmó que sólo usamos el 40 % de nuestra biomasa forestal. Según este informe, una mayor explotación maderera en España no sólo es sostenible, sino que, con una buena gestión, sería una importante fuente de empleo y energía limpia.
El proyecto de Green Power House, desarrollado por la compañía REGENITECH, pretende expandir el número de instalaciones de este tipo en los próximos años. ¿Su coste total? 1 millón de dólares americanos. Con toda la inversión actual en subvenciones por parte de la UE, ¿acaso esta tecnología será un sueño por mucho tiempo? ¿Qué hará posible proyectos como estos en nuestro país?