En la reunión que han mantenido los ministros de Turismo del G20, las recomendaciones de la Organización Mundial del Turismo han estado muy presentes. Aprovechar la recuperación, tras la parada que la pandemia ha forzado en este sector, puede tener beneficios muy importantes. Y tanto por lo que se refiere a recuperación económica, como a transformación sostenible y ecológica.
La reunión se ha centrado en el efecto que la pandemia ha tenido sobre el turismo, puesto que es uno de los sectores más afectados. Además, el G20 ha orientado la cita a cómo y de qué manera se debe recuperar la actividad.
En 2020, las llegadas internacionales cayeron un 74% por las restricciones y desafíos socioeconómicos. Eso representa una pérdida estimada de 1,3 billones de dólares en ingresos por exportaciones y alrededor de 120 millones de empleos directos en riesgo.
Además, se ha señalado que hay impactos aún difíciles de cuantificar. Entre ellos: la contaminación por plásticos de equipos de protección personal en destinos; o las amenazas para la conservación de la vida silvestre y la biodiversidad, que dependen de los ingresos del turismo.
El efecto de la pandemia
Según la OMT, antes de la pandemia el sector del turismo había tenido un crecimiento constante durante décadas. Eso permitió importantes beneficios en términos de desarrollo socioeconómico y empleo.
En contrapartida, también supuso otros desafíos, relacionados con el consumo de recursos naturales e impactos en el cambio climático y medio ambiente de los destinos. Por tanto, la recuperación que se está iniciando debería tener en cuenta estos aspectos.
En la reunión del G20 se ha destacado la “necesidad de coordinación al más alto nivel”. Y, entre los aspectos más importantes a considerar: la movilidad segura; el apoyo a los puestos de trabajo y a las empresas turísticas; la creación de resiliencia frente a futuras crisis; y el avance en la transformación ecológica del sector.
Además, los Ministros de Turismo recordaron que la crisis actual representa una oportunidad para repensar y reiniciar el turismo. El consenso fue general con respecto a orientar el sector hacia una mayor sostenibilidad. Asimismo, todos se comprometieron a: impulsar la transformación digital del sector; garantizar el acceso a la innovación; y promover una mayor inversión en infraestructuras turísticas ecológicas.
La OMT y las prioridades
Existe un creciente consenso entre las partes interesadas en esta materia de turismo sobre cómo la futura resiliencia del turismo dependerá de la capacidad del sector para equilibrar las necesidades de las personas, el planeta y la prosperidad.
Precisamente son estas las prioridades de la presidencia italiana del G20: personas, planeta y prosperidad. Reflejan el compromiso de dirigir la transformación inclusiva del turismo mejorando el impacto que tiene en las comunidades locales. Y con especial atención a la sostenibilidad ambiental.
En esa línea, la OMT ha presentado las Recomendaciones para la Transición a una Economía Verde de Viajes y Turismo. Sentarán las bases para modelos de desarrollo turístico más equilibrados, sostenibles y resilientes. Las recomendaciones no exigen el establecimiento de nuevos acuerdos. Explican desde la OMT que se elaboran para profundizar el entendimiento y estimular la acción de la recomendación política sobre la transformación ecológica.
Las recomendaciones recogen seis líneas de acción. Representan varios elementos clave capaces de guiar una recuperación turística responsable para las personas, el planeta y la prosperidad, a saber: salud pública, inclusión social, conservación de la biodiversidad, acción climática, economía circular y gobernanza y finanzas.
Apoyar la conservación
La pandemia ha tenido otros efectos que la OMT señala. Entre ellos:
- Que en muchos destinos dependen de los ingresos de operadores y turismo para conservar ecosistemas marinos y terrestres, áreas protegidas y especies.
- Asimismo, que el riesgo de caza furtiva, invasión o sobreexplotación está creciendo en destinos de vida silvestre a medida que el turismo está en suspenso.
- Igualmente, que una mayor inversión en la sostenibilidad del turismo puede llevar a gestionar recursos naturales como: el agua, los arrecifes de coral, los humedales, los manglares, las praderas de posidonia, las costas, etc. Y, además, fomentar la resiliencia ante desastres, tanto en entornos urbanos como naturales.
La OMT advierte
La OMT recuerda que la pandemia ha llevado a una reducción del 7% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial. Pero también estima que las emisiones del turismo puedan repuntar rápidamente a medida que se reinicien las operaciones. De ahí la importancia de transformar las operaciones turística para la acción climática.
Algunas recomendaciones
- En esa línea, piden que se supervisen y que se informe de las emisiones de CO2 de las operaciones turísticas. Incluso que se siga el progreso que se vaya realizando con respecto a la transición del sector.
- Además, indican la importancia de que toda la cadena de valor del turismo participe en el proceso a través de una mayor información científica.
- También recomienda la OMT reducir las emisiones del transporte en el turismo. De hecho, señalan, las empresas y organizaciones pueden comprometerse y participar en el comercio de mercado de carbono. Además, en este contexto, podrían colaborar con los sumideros de carbono, la reforestación, etc.
- Para estar en línea con el objetivo de emisiones netas cero para 2050, el sector debería reducir un 50% las emisiones para 2030.
- Igualmente, la OMT señala la necesidad de: integración de los procesos de economía circular en el turismo; reducción de pérdida de alimentos y de residuos; reutilización de plásticos que también llegan al océano a través de la actividad turística; y consecución de la colaboración de partes interesadas en esta materia.
- También piden la organización que se dirijan los fondos de recuperación hacia un mejor turismo. Se necesitarían soluciones de financiación innovadoras y enfoques público-privados combinados para un turismo más sostenible.
- Asimismo, crear sinergias duraderas entre salud pública y turismo para hacer frente a futuras crisis y aumentar la confianza en el turismo.
- Apoyar a pequeñas y medianas empresas, así como apoyar e involucrar a grupos vulnerables que han perdido empleo. Ambos aspectos son vitales en algunas comunidades locales, especialmente para grupos como jóvenes, mujeres o trabajadores migrantes, que han sido grandes perjudicados; incluso para las pequeñas y medianas empresas, que representan el 80% de las empresas turísticas en el mundo.
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela