ha dado a conocer los resultados del estudio: «Percepción social sobre la transición ecológica en España, 2022, 2023«. Según indica la fundación, el 51% de la población española desconoce o conoce vagamente lo que significa la transición ecológica. Además, en términos generales, el proceso de transición ecológica entre la población española se asocia a conceptos con connotaciones «negativas«.
El estudio se ha realizado mediante encuesta a 3.019 personas mayores de 18 años.
El estudio atribuye las connotaciones negativas al desconocimiento y a la falta de información al respecto (impotencia, incertidumbre, desconfianza).
No obstante, una parte relevante de la población alude a la «esperanza» que abre la implantación de la transición. Así, el 53% de la población cree que el proceso de transición energética podría tener un impacto positivo. Pero el estudio advierte que:
“La desinformación es el caldo de cultivo para la intoxicación a partir de discursos simplistas y negacionistas organizados”.
Impacto de la transición
La mitad
de la población cree que la transición va a tener un impacto positivo en su entorno de vida. Mientras, un 26% cree que no le afectará directamente. Y un 20% opina que el impacto puede ser negativo.
Los hombres, las personas de más edad y con menor nivel educativo son menos optimistas.
Las mujeres y las personas jóvenes (18 a 34 años) tienen una visión más optimista del proceso de transición energética. Son los que muestran una alta disposición a adoptar conductas responsables medioambientales.
El informe señala:
«Estos datos revelan la imperiosa necesidad de trabajar con más exhaustividad en la transmisión de mensajes que trasladen confianza y seguridad a la población en torno a los beneficios que acarrea el proceso de transición energética, con evidencias y efectos demostrativos claros, comprensibles y aplicables a la vida».
Renovables
Los ciudadanos españoles muestran un apoyo «teórico» muy alto hacia las energías renovables (solar y eólica). Más del 85% está de acuerdo con su fomento.
Además, la gran mayoría de la población tiene una actitud positiva ante la cercanía de una instalación de energía renovable (83%).
Mientras, un 17% se resiste a tener una instalación de este tipo en su entorno. Las causas para el rechazo radican en cuestiones relativas al impacto ambiental y sobre la fauna, en primer lugar. En segundo lugar se encuentra el impacto visual que estas pudieran tener. Y apenas se aluden motivaciones económicas y relacionadas con el conflicto por el uso de tierra.
El empleo que genera la transición
Sobre la percepción personal, el 20% de la población encuestada ve amenazado su empleo en España por la transición ecológica. En contrapartida, un 60% de la población considera que el proceso puede contribuir a generar empleo y desarrollo económico.
En esa línea, el nivel de preocupación en términos de preparación frente a los cambios en los empleos es bajo. Sólo una cuarta parte de los encuestados considera que les falta formación para adaptarse a los nuevos empleos o cambios.
Cambio climático
Entre la población española encuestada, la existencia de cambio climático es un tema zanjado. La inmensa mayoría (85%) cree que existe y es una realidad. Y sólo el 6% sigue negando la existencia de este fenómeno. El estudio indica:
«Sin duda, el reconocimiento del problema hace más probable el apoyo a los procesos necesarios que implica la transición energética».
No obstante, la lucha contra el cambio climático no es una prioridad para todos. Sí lo es para el 65% de los encuestados, pero un 35% considera que hay asuntos más importantes. Según el informe, eso:
«Sin duda puede generar resistencias y restar apoyos a las actuaciones en esta materia».
La priorización de este tipo de políticas es más probable conforme disminuye la edad de la población:
“Se observa una diferencia de 12 puntos porcentuales entre las personas de menos de 34 años que considera que el cambio climático debe ser una prioridad (72%) y las personas de más de 65 años (59%).
Además, un 35% de las personas de más de 65 años considera que existen otras prioridades más importantes, frente al 25% de las personas más jóvenes”.
La brecha generacional también se refleja en la percepción sobre la existencia del cambio climático y cómo les está afectando. El grupo de edad más joven (de 18 a 34 años) es el que mayor nivel de seguridad muestra (89%). Eso supone siete puntos más que el grupo etario de 65 años o más.
Por último, el estudio señala que en este ámbito es relevante señalar la proporción de mujeres que priorizan las actuaciones en la lucha contra el cambio climático es superior a la de los hombres: un 69,4% frente al 60,2%.
FUENTE: Europa Press.
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Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela