En nuestro artículo de esta semana del Club de Expertos, Raquel Montón, responsable de las campañas de Energía Nuclear y Movilidad en Greenpeace pone de manifiesto la necesidad de una mayor integración de renovables para acometer la transición energética y explica una serie de fallos del sistema ocurridos durante la crisis sanitaria de la COVID-19.
¿Qué ha pasado con el sistema eléctrico durante la crisis sanitaria? ¿Y cómo afecta este a la actual crisis económica? La respuesta es simple: la reconstrucción económica de España para superar la crisis de la COVID-19 necesita la reforma urgente del mercado eléctrico para que la electricidad sea el elemento central de la transición a un sistema energético 100% renovable, eficiente, inteligente, justo, inclusivo y que esté abierto a la participación ciudadana. El cómo es evidente: esa reforma debe orientarse a una mayor penetración de las energías renovables que pueden contribuir a salir de la crisis económica creando empleo y facilitando la vida de la ciudadanía , además de luchando contra el cambio climático.
Penetración de las renovables
Durante estos meses, hemos visto la caída de la demanda elećtrica peninsular hasta el 20% y también de los precios del mercado mayorista hasta un 65% menos que en abril de 2019. Una de las causas principales de este descenso de precio, sobre todo y junto con la caída de la demanda, ha sido la penetración de las renovables, que han alcanzado cotas del 70,9% en abril, cuando se alcanzó el máximo histórico de penetración diaria.Este efecto de penetración de renovables en cámara rápida que hemos visto, lo venimos observando a través de su aumento en el sector eléctrico durante todos estos años. Además de la reducción importante de las emisiones de gases de efecto invernadero -al desplazar fuentes de generación más caras y contaminantes como el carbón o el gas-, las renovables han contribuido, al mismo tiempo, a que descienda el precio medio mayorista de la electricidad. Hoy por hoy sus costes son competitivos y, además, están disminuyendo tan rápidamente que pueden impulsar al Gobierno español a ser más ambicioso en medio de la crisis económica derivada de la COVID-19. Sin embargo, hemos visto, también a cámara rápida, algunos efectos y ‘fallos’ del sistema.
Fallos del sistema durante el COVID-19
El primero de ellos tiene que ver con las condiciones económicas que requiere la energía nuclear, que dificulta su uso para sustituir a las tecnologías fósiles, incluso para mantener su propia economía. Las nucleares continúan necesitando precios elevados de la electricidad para mantener su competitividad porque, si algo las caracteriza, es que requieren inversiones elevadas a pesar de estar llegando, o sobrepasando, su vida de diseño y, además, deben costear la gestión y tratamiento de los residuos radiactivos que siguen produciendo. En un contexto de caída de precios, pues, no son competitivas. Así lo vimos el pasado mes de abril (4 y 5), cuando la energía nuclear disminuyó su aportación al sistema -que tenía una alta penetración de renovables- en lugar de hacerlo otras tecnologías como los ciclos combinados o las térmicas de carbón, pese a generar mayores emisiones y costes marginales mucho más elevados. Mostraron así que las nucleares no son la tecnología que puede sustituir a las sucias y caras tecnologías fósiles.Otro de los fallos del sistema es la gestión hidráulica que debería ser operada en reserva y sin especular, no como ocurre ahora: con el actual sistema, la hidráulica aporta su generación en los momentos en los que los precios marginales son más elevados. Cabe preguntarse por el papel que podría jugar una operación distinta destinada a aportar más flexibilidad al sistema. La gestión hidráulica debería dirigirse más a estar disponible en los momentos críticos del sistema, de forma que fuera necesaria una menor potencia de respaldo. Para ello, sería necesario contar con una regulación diferente.Otro inconveniente del sistema es que los precios de las facturas eléctricas no han reflejado la fuerte bajada del precio mayorista, derivada de una mayor penetración de las energías renovables, ya que la mayoría de ofertas en el mercado libre se basan en tarifas en las que el precio de la electricidad es establecido por la comercializadora una vez al año, en lugar de estar indexada al precio horario mayorista. De este modo, la mayoría de las familias (sólo algunas están en tarifa regulada que sí refleja el descenso del precio mayorista) han seguido pagando lo mismo en plena crisis mientras que las comercializadoras ha podido aumentar sus ingresos. Pero el principal ‘fallo’ del sistema es, quizás, el efecto “canibalismo”. Una mayor entrada de renovables ha hecho caer tanto el precio medio, como decíamos antes, que se han visto peligrar las inversiones en nuevas renovables cuando más necesidad ambiental, social y económica tenemos de que estas energías aumenten su cuota de participación. Esto se debe a que estas nuevas instalaciones no pueden recuperar sus costes de inversión en situaciones de precios extremadamente bajos (con el actual diseño de mercado), efecto que se conoce coloquialmente como el efecto “canibalismo”.
Adaptar el mercado eléctrico
Hace años se cuestionaba la capacidad técnica de las redes para asimilar cuotas de renovables elevadas y garantizar el mismo tiempo la calidad de suministro. A día de hoy, en 2020, ya hemos visto cuotas similares a las planteadas por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2030, hemos comprobado que lo que ha entrado en crisis no ha sido la garantía de suministro ni la gestión de las redes, sino la gestión económica de todo ello. Y lo ha hecho en todos los frentes, trastocando la recuperación de los costes de las redes, de la generación convencional y las señales de inversión a futuro para sostener la transición, sin que la mayoría de la población pudiera beneficiarse de la reducción de los precios mayoristas en su factura.Por lo tanto, para que la transición energética se haga realidad es imprescindible adaptar el mercado eléctrico energético para eliminar los fallos que ahora impiden aflorar el correcto valor social, económico y ambiental de las energías renovables: el ahorro, la eficiencia energética, la flexibilidad y la democratización energética.
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(1) Informe resumen ejecutivo. La recuperación económica con renovables. Creación de empleo y ahorro en los hogares para un modelo sostenible http://www.greenpeace.org/espana/es/Informes-2014/Octubre/La-recuperacion-economica-con-renovables/ Basado en los estudios elaborados por Abay Analistas Económicos y Sociales para Greenpeace El impacto de las energías renovables en la economía con el horizonte 2030 http://www.greenpeace.org/espana/es/Informes-2014/Octubre/renovables-impactos-macroeconomia/ y El impacto de las energías renovables en los hogares http://www.greenpeace.org/espana/es/Informes-2014/Octubre/renovables-impactos-hogares/
(2) IRENA, Renewable power generation costs in 2019 (2020)
(3) Observatorio de Sostenibilidad, ENERGÍA Y COVID-19 : lecciones aprendidas (2020)
(4) La penetración de las renovables que han alcanzado cotas del 70,9% en abril y muchos son los días, durante el confinamiento, en los que se ha superado el 55% de aportación (Fuente: REE). El PNIEC plantea para 2030 una cuota de renovables en la generación eléctrica de un 74%.
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.