Según un informe del Tribunal de Cuentas Europeo, la Comisión Europea no tiene una idea clara del problema que constituye la creciente desertificación y degradación de las tierras en la UE. Los auditores afirman que las medidas tomadas hasta la fecha por la Comisión y los Estados miembros en este sentido no son del todo coherentes y que la Comisión no ha evaluado los avances en el cumplimiento de su compromiso de lograr la degradación neutra del suelo para 2030.
La desertificación describe los procesos relacionados con el clima y las actividades humanas que provocan problemas que afectan a las zonas secas, como reducción en la producción de alimentos, infertilidad de los suelos, reducción de la resiliencia natural de la tierra y menor calidad del agua. Las previsiones sobre el cambio climático en Europa muestran que el riesgo de desertificación está aumentando. Ya existen semidesiertos cálidos en el sur de Europa y el fenómeno se está extendiendo hacia el norte. La desertificación no solo es una consecuencia sino también una causa del cambio climático: la degradación del suelo emite gases de efecto invernadero y los suelos degradados tienen una capacidad menor de almacenamiento de carbono.
Trece Estados miembros de la UE se han declarado afectados por la desertificación en el marco de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD): Bulgaria, Grecia, España, Croacia, Italia, Chipre, Letonia, Hungría, Malta, Portugal, Rumanía, Eslovenia y Eslovaquia. Por eso, en 2015, la UE y los Estados miembros se comprometieron a alcanzar la degradación neutra del suelo en la UE para 2030.
Los auditores visitaron cinco Estados miembros de la UE afectados por la desertificación: España, Italia, Chipre, Portugal y Rumanía, y constataron que la Comisión no tiene una idea clara del problema, y que las medidas adoptadas para combatirlas no son del todo coherentes.
Consecuencias demográficas y económicas
En palabras de Phil Wynn Owen, miembro del Tribunal de Cuentas Europeo y responsable del informe: “estamos viendo un aumento de las sequías, de la aridez y del riesgo de desertificación debido al cambio climático en la UE. La desertificación puede acarrear pobreza, problemas de salud provocados por el polvo transportado por el viento, y un declive de la biodiversidad. También puede tener consecuencias demográficas y económicas, y obligar a la población a abandonar las zonas afectadas. Como auditores, tenemos la responsabilidad de advertir sobre esos riesgos, que podrían ejercer una presión cada vez mayor sobre los presupuestos públicos, tanto a escala nacional como de la UE”.
Según el citado informe, aunque la Comisión y los Estados miembros recopilan datos sobre distintos factores que tienen un impacto sobre la desertificación y la degradación de las tierras, no se ha realizado una evaluación completa de la degradación del suelo en la UE, ni se ha acordado una metodología sobre cómo hacerlo. La coordinación entre los Estados miembros y la Comisión ha sido limitada y no se han facilitado orientaciones prácticas. La Comisión no ha evaluado los avances en la consecución del compromiso de trabajar por lograr la degradación neutra del suelo en la UE para 2030.
Recomendaciones contra la desertificación
Los auditores recomiendan establecer una metodología para valorar el alcance de estos fenómenos y realizar un análisis periódico. Además proponen valorar la idoneidad del marco jurídico vigente para el uso sostenible del suelo en la UE, así como precisar la manera de lograr el compromiso de la UE. En las recomendaciones también se plantea proporcionar orientaciones a los Estados miembros sobre la conservación del suelo y el logro de la degradación neutra del suelo en la UE, incluida la difusión de buenas prácticas y ofrecer apoyo técnico cuando los Estados miembros lo soliciten.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.