La Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha publicado un informe en el que revela cuáles son los barrios de Madrid con mayor riesgo de pobreza energética. Villaverde, Puente de Vallecas y San blas encabezan el listado.
La pobreza energética se define como una situación en la que los hogares no pueden acceder a los servicios energéticos esenciales. Entre sus consecuencias: hogares que no pueden mantenerse a una temperatura adecuada.
Un trabajo desarrollado por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha analizado los diferentes barrios de la capital e identificado aquellos que afrontan una situación de mayor riesgo. La principal conclusión es que al menos un 6% de la población madrileña, en torno a 215.000 personas, se encuentran en una situación crítica en relación con la pobreza energética.
“La ineficiencia energética se ceba en los edificios más antiguos, situados en áreas residenciales vulnerables», adelanta el informe. «Muchos de ellos contienen hogares con rentas bajas que no tienen la posibilidad de reducir sus consumos si no es a través de la privación de sus necesidades energéticas básicas”, explica Fernando Martín-Consuegra, investigador del Instituto Eduardo Torroja de Ciencias de la Construcción del CSIC y uno de los participantes de este trabajo.
No solo es cuestión de dinero
La concentración de personas mayores, de rentas bajas y altos costes en las facturas energéticas asociados a la ineficiencia de su parte edificado o de instalaciones de calefacción inadecuadas aumentan el riesgo para sus habitantes de parecer vulnerabilidad energética.
Estas características han sido la base del trabajo de los investigadores de UPM que, además, han incorporado a su Índice de Pobreza Energética aspectos como el nivel de estudios, la tasa de desempleo, el estado de conservación de la edificación y las carencias en materia de accesibilidad a las viviendas.
“Nuestro objetivo ha sido desarrollar un índice multidimensional que incorpora aspectos sociales y económicos al análisis de la eficiencia energética de la edificación», añade José Manuel Gómez Giménez, investigador del Grupo de Investigación en Arquitectura, Urbanismo y Sostenibilidad (GIAU+S) de la UPM y uno de los coautores en este trabajo. «Este análisis permite discriminar las áreas con una alta concentración de hogares vulnerables ubicados en edificios con problemas de ineficiencia energética donde es necesario plantear operaciones de rehabilitación urbana que inviertan los fondos públicos y europeos que van a estar disponibles para la transformación verde del sector de la edificación”, añade.
Los barrios con mayor riesgo de pobreza energética
Según el estudio elaborado seis son los barrios madrileños con mayor riesgo de pobreza energética:
- Torres Garrido-Pan Bendito
- Picazo
- Villaverde Alto Este
- Villaverde Alto Sur,
- San Cristóbal
- Amposta
En ellos se combinarían una alta vulnerabilidad socioeconómica con carencias en el estado de conservación de la edificación, una mala accesibilidad residencial y el mencionado índice crítico de riesgo de pobreza energética.
“Los seis barrios señalados tienen altas tasas de desempleo y una proporción de cerca del 20% de residentes con un bajo nivel de alfabetización; además su edificación residencial presenta grandes carencias en el ámbito de la accesibilidad (más del 60% de sus residentes viven en edificios de más de tres pisos y sin ascensor)”, explica Rafael Córdoba Hernández, otro de los investigadores. «Además, en dichos barrios, existe un alto porcentaje de edificios que se encuentran en malas condiciones de conservación”, puntualiza.
Chopera, Ventisquero de la Condesa, Ofelia Nieto, Quemadero, Fuencarral, Aluche, Opañel, Abrantes Sur, Plaza Elíptica, Portazgo, Entrevías, Alto del Arenal, el Poblado de Absorción de Hortaleza, Congosto, Vicálvaro o Simancas son otras de las zonas que se encuentran en una situación crítica en cuanto a su Índice de Pobreza Energética.
Edificios construidos antes de 1979
“La mayor parte de las zonas calificadas como de riesgo en los barrios madrileños tienen en común que sus edificios se construyeron antes de 1979”, explica Córdoba Hernández. Esto explica otra de las conclusiones del estudio que apunta que la morfología urbana de los barrios no es determinante para que estos tengan un mayor nivel de riesgo, pero la fecha de construcción, sí.
La persistencia de las situaciones de riesgo es otra de las conclusiones de este estudio que preocupan a los investigadores. “Si comparamos la situación actual con la que había cuando publicamos el Atlas de Barrios Vulnerables en 2008, nos encontramos con que los barrios que entonces estaban en riesgo no han mejorado su situación, lo que llama la atención sobre una situación de pobreza energética que se puede cronificar entre sus habitantes”, señala Gómez Giménez.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.