Se llama X-37B y es un avión especial que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos utiliza para misiones especiales. En este caso, ha volado con varias misiones encomendadas, una de ellas, almacenar energía solar para traerla a la Tierra.
Su misión era secreta pero algunos de los funcionarios presentes en el momento del despegue han filtrado que el avión especial de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, el X-37B ha llegado al espacio con varias misiones.
El avión se ha lanzado montado en el cohete United Launch Alliance Atlas V. Entre sus propósitos: estudiar los efectos de la radiación en diferentes materiales, semillas para cultivar alimentos en el espacio y un experimento de transmisión de energía utilizando energía de microondas.
Para esta misión, el avión ha despegado equipado con un panel solar desarrollado por el Laboratorio de Investigación Naval se utilizará para llevar a cabo el primer experimento orbital con energía solar basada en el espacio. La premisa es convertir la energía del sol en microondas y emitirla, una idea del escritor de ciencia ficción Isaac Asimov en la década de 1940.
Es probable que este experimento esté relacionado con el programa Space SSPIDR del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea, un esfuerzo por recolectar energía solar con células solares de alta eficiencia, convertirla en RF y luego transmitirla a la tierra, proporcionando una fuente de energía para reenviar bases operativas con limitaciones acceso a fuentes de energía tradicionales.
Así es el X-37B, el avión secreto americano
El X-37B es un miniavión impulsado por energía solar y construido por Boeing. Originalmente fue desarrollado por la NASA para servir como banco de pruebas de tecnología para futuras naves espaciales reutilizables y para realizar experimentos operativos que pueden ser devueltos y examinados en tierra.
Mide casi 9 metros de largo, 3 metros de altura y 4,5 de ancho.
Fue lanzado por primera vez en un cohete Falcon 9 el 7 de septiembre de 2017 y desde entonces ha completado cinco vuelos, el más largo el último, con 780 días en órbita.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.