España es uno de los países señalados por el látigo del cambio climático. Cada vez queda menos tiempo para actuar de manera real contra un mal que se vaticina irreversible. Nuestro país tiene la opción de ponerse manos a la obra desde ya para ser una superpotencia verde, está en nuestras manos.
Tenemos suerte de vivir en un país como España. Es lo que se suele decir cuando se visitan otros países con climas menos acogedores: «como en España en ningún sitio». Pues bien, España también es uno de los países que peor lo va a pasar en los próximos años si no conseguimos mitigar del mayor modo posible el efecto del cambio climático.
Con veranos cinco semanas más largos que en la década de los 80, la temperatura de nuestras ciudades ha crecido en los últimos 50 años por encima del doble de la media mundial. Además, 2/3 de nuestro territorio están en camino de desertizarse. Por su parte, el mar sube 1 cm cada 3 años y, lo que es más intrigante aún: volvemos a tener casos de dengue en España.
El último informe del IPCC ha sido claro. En 2030 se producirá la última llamada. Para ese año, deberíamos producir nuestra energía fundamentalmente con renovables. Por tanto, esa posibilidad de España de convertirse en una superpotencia verde tiene un plazo limitado. Y aprovechar esa oportunidad pasa, sin duda alguna, por la creación de una Ley de Cambio Climático.
La situación es alarmante. Hay que dejar de tratar este tema como si fuera un asunto del futuro, hay que ponerse manos a la obra ya. De hecho, ya no tenemos tiempo para evitar las consecuencias que traerá el cambio climático, tan solo tenemos la opción de reducir su acción en la medida de lo posible, y eso es un claro síntoma de que hemos sido irresponsables. Aunque es posible cambiar esa actitud. Bueno, no es posible, es más bien obligatorio cambiarla. A día de hoy, España exporta más tecnología eólica que vino o calzado. El 39% de nuestra electricidad proviene de renovables y, en 10 años, podríamos producir el 84%. ¿No suena esto como una gran oportunidad?
La energía eólica y la solar fotovoltaica son las más baratas de producir del mix energético y los informes dicen que, junto con Bélgica, seríamos el país que más empleo crearía si nos adaptáramos al cambio climático. Esta apuesta por las renovables provocaría irremediablemente el cierre de las minas de carbón, pero por cada empleo que este sector perdiera, se crearían 4 en el de las renovables.
Por lo tanto, ya no hay tiempo para negar lo innegable. No hay tiempo para estrategias comerciales que intenten retrasar la irrupción total de las renovables en nuestro mix energético. Solo nos queda tiempo para ponernos a trabajar antes de que los daños sean realmente irreversibles.
El último informe del IPCC ha sido claro. En 2030 se producirá la última llamada. Para ese año, deberíamos producir nuestra energía fundamentalmente con renovables. Por tanto, esa posibilidad de España de convertirse en una superpotencia verde tiene un plazo limitado. Y aprovechar esa oportunidad pasa, sin duda alguna, por la creación de una Ley de Cambio Climático.
Sin duda, tenemos una gran responsabilidad, pero también tenemos todavía el poder de hacerlo bien. Tenemos la opción de subirnos los primeros a este tren de adaptación al cambio climático, un tren en el que no solo importa ir a la vanguardia en lo económico, sino que significa una acción responsable por el futuro de nuestro planeta.
Termino este artículo con otra frase de «las que se suelen decir» y es aquella que reza que España siempre va unos años atrasada a los demás países europeos. Pues bien, en las renovables no solo tenemos la oportunidad de ser punteros, de ir a la vanguardia, de ser los primeros… sino de mostrarle al mundo que nuestro país entiende la magnitud de la situación que genera el cambio climático y pone todos sus medios para revertirla.
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.