El Grupo de Excelencia Clima, Cambio Climático y Sociedad (CLICCS por sus siglas en inglés) ha publicado un informe en el que concluye que el objetivo de neutralidad climática para 2050 «no es plausible».
Los autores examinan la plausibilidad , por un lado, desde una perspectiva técnica-económica y, por otro en relación con los cambios sociales que habría que llevar a cabo. La conclusión es que la descarbonización profunda para 2050 no es actualmente plausible y que los esfuerzos actuales para lograr la transformación de la sociedad deben ser mucho más ambiciosos.
El estudio se centra en los denominados impulsores sociales, y son:
- la política climática de las Naciones Unidas
- la legislación nacional sobre el clima
- las protestas y los movimientos sociales
- la desinversión en las industrias de combustibles fósiles
- la cobertura mediática
Los principales impulsores hacia la neutralidad climática en 2050
Ninguno de los impulsores sociales analizados tiene la fuerza suficiente para alcanzar la neutralidad climática, pero los hay sí podrían fomentar una descarbonización gradual: «La mayoría de los factores que hemos evaluado apoyan sin duda el objetivo de cero emisiones netas», afirma el estudio. «Por ejemplo, el factor ‘política climática’ se ha visto reforzado por la reincorporación de EE.UU. al Acuerdo de París», explica la profesora Anita Engels, científica social de la Universität Hamburg y copresidenta de CLICCS.
Otro factor crucial es la desinversión en combustibles fósiles. Sin embargo, las empresas suelen operar con ciclos de inversión largos, lo que significa que los efectos sólo se harán patentes más adelante.
Los autores concluyen que, por el momento, no son plausibles ni los escenarios de altas emisiones ni los de bajas emisiones. «Los estudios demuestran que unas emisiones de CO2 muy elevadas pueden producir tremendos costes económicos. Además, las reservas mundiales de carbón son finitas y la energía limpia es cada vez más asequible. Por ello, tanto los gobiernos como las empresas se verán obligados a cambiar de rumbo», afirma el copresidente del CLICCS, el profesor Jochem Marotzke, del Instituto Max Planck de Meteorología. Sin embargo, aún no disponemos de las tecnologías necesarias para la eliminación rápida y a gran escala del dióxido de carbono de la atmósfera, un requisito esencial para reducir las emisiones a cero.
Los autores tradujeron además estas conclusiones sobre las emisiones plausibles en una evaluación del calentamiento global a largo plazo, incorporando las últimas investigaciones sobre cómo afectan las emisiones de CO2 al clima. «Nuestros resultados implican que un calentamiento global de la superficie de menos de 1,7 grados centígrados para el año 2100 no es plausible, pero tampoco lo es un aumento de más de 4,9 grados», apuntan.
«El reto social es mucho mayor de lo que mucha gente puede imaginar. Como tal, nuestras conclusiones suponen una llamada de atención para la comunidad política y la sociedad en general», concluye el profesor Stammer.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.