El plástico de los equipos de protección personal (EPI), utilizados en la lucha contra la expansión del coronavirus, puede convertirse en combustible líquido renovable, según afirma una estrategia formulada por expertos de la Universidad de Petróleo y Energía de la India que ha sido publicada en la revista Biofuels.
Los investigadores proponen de este modo una alternativa a la gran cantidad de plástico que se está eliminando como consecuencia del uso masivo a nivel mundial de estos equipos, que comienza a amenazar seriamente la naturaleza.
Sapna Jain, autora principal de la investigación, explica: «la transformación en biocrudo, un tipo de combustible sintético, no solo evitará los graves efectos secundarios para la humanidad y el medio ambiente, sino que también se constituirá como una fuente de energía. Existe una alta producción y utilización de EPI para proteger a la comunidad de trabajadores de la salud y otros trabajadores de primera línea contra el COVID-19 cuya eliminación es una preocupación debido a su material, es decir, el polipropileno no tejido. Por ello, la estrategia propuesta es una medida sugerente que aborda el problema anticipado de la eliminación del EPI».
La problemática nace en el diseño de los EPIs, que solo pueden utilizarse una vez y han de ser obligatoriamente eliminados tras su uso. Esta eliminación significa que, finalmente, el plástico del traje acabará en vertederos u océanos durante décadas dada su difícil degradación natural a temperatura ambiente. Para ello, estos polímeros han de ser procesados mediante métodos químicos, por lo que necesitan de un tratamiento especial para su eliminación.
Combustible mediante pirólisis
El equipo de investigadores basó su trabajó en la búsqueda de artículos relacionados y de políticas actuales referentes a la eliminación de EPIs, el contenido de polipropileno de los mismos y la viabilidad técnica de hacer de ellos biocombustible. En concreto se centraron en la estructura del polipropileno y los métodos de reciclaje idóneos para reconvertir a este polímero.
Las conclusiones de la investigación determinan que los residuos han de convertirse en combustible a través de pirólisis, un proceso químico utilizado para la descomposición del plástico sometiéndolo sin oxígeno a temperaturas de entre 300 y 400 grados centígrados durante una hora.
Fuente: Biofuel.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.
Hay una empresa en España que hace este proceso con los epis, podría darme su contacto o ubicacion, gracias.
Es que no la encuentro por ningún lado.