, la red de medios paneuropea independiente especializada en políticas de la UE, ha hecho una entrevista al vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans. Recogemos algunas de sus opiniones sobre la transición que vivimos. Asimismo, sobre las nuevas leyes europeas con las que la UE quiere conseguir un equilibrio entre: la defensa del clima, los compromisos de la UE con el Acuerdo de París y los sectores que sea van a ver afectados.
Sobre las nuevas propuestas legislativas, que se presentan en julio, y los nuevos objetivos climáticos.
-El asunto clave es que hasta ahora habíamos acordado reducir nuestras emisiones en un 40% respecto a 1990. Con la Ley Europea del Clima, nos hemos fijado una reducción de las emisiones en al menos un 55% para 2030. Eso significa que tenemos que adaptar todas las políticas que se hicieron para el 40% y ajustarlas a ese 55%.
¿Por qué el paquete legislativo de 12 propuestas?
-Porque tiene que haber un equilibrio. Cuando se plantean propuestas, hay cosas buenas y malas para todos, ya sea sobre el régimen de comercio de derechos de emisión (ETS), sobre energías renovables; sobre eficiencia energética; sobre fiscalidad de la energía; o sobre emisiones de los coches y las furgonetas. Así que tenemos que lograr un equilibrio.
Esencialmente, diremos a los Estados miembros: ‘todos habéis aceptado el 55%. Eso tiene consecuencias y, por ello, creemos que es un paquete equilibrado en todas las áreas. Ahora les toca a ustedes, en diálogo con los colegisladores, ver si ese equilibrio les resulta aceptable o si debemos retocarlo o cambiarlo’.
Siempre habrá algo que no guste a los Estados miembros, porque sus puntos de partida no son los mismos.
Elementos claves del paquete para la transición
-Creo que una de las piedras angulares -y no estoy contando ningún secreto cuando digo esto- es el ETS, porque ha tenido mucho éxito. Ha puesto precio al carbono. Ha influido en el sector energético, porque comprenden (en el sector) que, si lo hacen mejor, no tienen que pagar tanto. Así que es un gran instrumento para incentivar, y está claro que tenemos que ampliarlo.
Tenemos que buscar nuevos ámbitos en los que aplicarlo. Pero también en los terrenos que ya existen. Y tal vez también tengamos que estudiar muy detenidamente la posibilidad de ampliar el ETS al transporte marítimo o a la aviación.
COP26, objetivos de emisiones y transición
-Está claro que tenemos que contar con todos los países industrializados, que todos los grandes emisores asuman compromisos firmes. Esa será una de nuestras tareas en los próximos meses: convencer a China, India y otros países de que aumenten su nivel de ambición.
En Glasgow tenemos que llegar a la conclusión de que mantener un aumento de la temperatura global muy por debajo de los 2 °C es todavía factible. Ese es el objetivo general. Luego se estudiará cómo conseguirlo y cómo acelerar la transición energética. Los mercados de carbono son muy importantes para ello.
Pero los mercados de carbono no son la única forma (de lograr los objetivos), también se puede conseguir una reducción de emisiones a través de normativas o de la fiscalidad; es una opción que los países pueden elegir. Lo que funciona es poner un precio al carbono, para influir en el comportamiento de los emisores industriales. Así es como se aborda la reducción de emisiones en el mundo industrializado.
En segundo lugar, es necesario lograr que el mundo industrializado también se sume a ello. Ellos también quieren alcanzar un mayor nivel de desarrollo y mitigar las consecuencias de la crisis climática que ya tienen. Cuentan con que el mundo más rico ponga sobre la mesa el dinero que ya han prometido.
Fondo verde del clima
-El tercer elemento es ver si se puede llegar a un acuerdo sobre las normas que aplicamos: ¿seguimos las mismas pautas? ¿Hacemos la contabilidad del carbono de la misma manera, por ejemplo? Porque eso es muy importante para determinar si todos vamos en la dirección correcta.
Mecanismo de ajuste en frontera del carbono para proteger a la industria de la UE de la competencia desleal
-Primero tenemos que coordinar nuestras acciones internamente. Es un tema muy complicado desde el punto de vista técnico si se quiere hacer bien. No es una medida proteccionista, ni una medida para generar ingresos. Es una medida para crear igualdad de condiciones y evitar la fuga de carbono. Así que hay que ver muy específicamente a qué sectores afectaría.
En segundo lugar, hemos dicho muy claramente que queremos que esto sea compatible con la Organización Mundial de Comercio (OMC). Ello manda un mensaje directo al mundo en desarrollo, porque las medidas que tomemos en Europa no deben afectarles a ellos ni a su posición comercial.
En tercer lugar, la razón de ser de todo ello es que todos nos hemos comprometido con el Acuerdo de París. Sabemos lo que esto significa en términos de descarbonización de la economía mundial.
Inclusión de sectores como el transporte o los edificios en el RCCDE (régimen de comercio de derechos de emisión de la UE):
-Si ampliamos el RCCDE a sectores como el transporte y los edificios, que afectan directamente a los ciudadanos, tenemos que tener en cuenta las consecuencias sociales. (.) Porque lo último que necesitamos es pobreza energética.
Transición, transformación y cuestión social
-Permítanme ser muy claro: la enorme transición en la cual estamos, tendrá efectos, hagamos lo que hagamos.
En un período de transformación tan fundamental de nuestra sociedad, el Pacto Verde y la transición hacia una sociedad sostenible son la mayor cuestión social a la que se enfrentará la política durante dos generaciones.
Todo el mundo debería ser consciente de ello. Si no nos enfrentamos a esta cuestión social desde el principio, haremos descarrilar todo el proceso. La transición no se producirá. Incluso si el desastre (climático) se avecina con un aumento de la temperatura de 2, 3 o 4°C, la gente seguiría rechazando la transición si la considera injusta.
Sobre la Política Agraria Común (PAC)
-La reforma de la PAC debe permitirnos aplicar la estrategia “de la granja a la mesa” y la estrategia de biodiversidad. Son dos elementos esenciales si queremos llevar la agricultura por una dirección más verde.
El hecho es que, a escala europea, el 80% del dinero sigue destinado al 20% de los beneficiarios, y los llamo beneficiarios. Con mucha frecuencia no son agricultores, sino grandes terratenientes o grandes empresas.
Si nos ponemos de acuerdo para ampliar los (subsidios) ecológicos en la medida de lo posible, podremos apoyar a los agricultores y a sus familias (a transitar) en una dirección ecológica. Creo que esto es muy, muy importante.
Si se pudiera incrementar la posibilidad de reservar tierras para la naturaleza (zonas protegidas), para: agricultura de carbono, reforestar, volver a humedecer las turberas, cuidar los pastizales, no usar pesticidas ni fertilizantes… Si se puede reunir ese paquete, realmente se produciría un cambio. Con la Política Agrícola Común nunca se va a producir una revolución, pero se puede crear un cambio, como si un enorme petrolero cambiara de rumbo.
Renovables y el futuro
En primer lugar, tenemos que reconocer que las energías renovables son el futuro. Esto es lo que hizo la Agencia Internacional de la Energía la semana pasada con su informe sobre el cero neto, me pareció muy inspirador.
A cada minuto que pasa, las energías renovables se están abaratando: serán más baratas al final de esta entrevista que al principio. Sobre todo la solar, pero también la eólica, y la eólica marina en particular. Cada vez es más atractivo invertir en estas tecnologías. Los ingresos están casi garantizados y harán bajar los precios de la energía.
En segundo lugar, para que esto sea un éxito, hay que invertir masivamente en las redes. El sector privado querrá hacerlo porque es muy rentable. Pero el sector público tendrá que crear las condiciones adecuadas, con créditos, pero también con el cambio en la forma de (conceder) permisos. Eso lleva demasiado tiempo y hay demasiadas condiciones. Hay que acelerarlo.
En tercer lugar, tenemos el hidrógeno. Cuando presentamos la estrategia del hidrógeno verde el año pasado, se nos decía que nuestro nivel de ambición era disparatado. En aquel momento, llegamos a la conclusión de que podríamos alcanzar los 40 gigavatios de hidrógeno verde en 2030. Bueno, comercialmente ya se ha superado ese objetivo, pero hace un año se consideraba demasiado ambicioso. Así que el hidrógeno está despegando a velocidad de crucero.
Infraestructura
-El elemento vulnerable en todo esto es la infraestructura subyacente. Por ejemplo, los vehículos eléctricos, que están tomando mucho impulso. Dentro de seis años, un coche eléctrico será más barato. Y no sólo para ponerlo en marcha – eso ya es así – sino más barato de comprar que un coche con motor de combustión interna.
Pero, ¿tenemos suficiente capacidad de carga? ¿Tenemos suficiente generación de energía renovable para alimentar los cargadores? Esos son los grandes retos. Así que, si me preguntan, ¿es un reto? Crear suficiente generación de energía renovable podría ser el mayor reto energético al que nos enfrentamos, aunque las condiciones económicas sean realmente muy favorables.
Biomasa, ¿necesaria para el mix de renovable?
-Necesitamos biomasa en ese `mix´ energético, pero necesitamos la biomasa adecuada. Me irrita ver las imágenes de bosques enteros que se talan para meterlos en una incineradora. Creo que es insostenible e indefendible.
Pero también creo que, en los bosques primarios, si los cuidas, siempre hay mucha biomasa que puedes aprovechar -incluso ayudas al bosque haciéndolo-.
Sé que hay un debate muy acalorado, y los activistas han argumentado que la biomasa es mala por definición. Pero no estoy de acuerdo, también puede haber biomasa buena. Dicho esto, hay que establecer normas y aplicarlas y vigilarlas. Esa será nuestra tarea.
Combustibles fósiles
-No es una casualidad que propongamos modificar la normativa sobre fiscalidad de la energía. Tenemos que alejarnos del petróleo, el gas y el carbón. Necesitamos un sistema fiscal justo que lo incentive. Esa es más o menos la dirección que tomaremos. Y me siento muy apoyado en esto por el reciente informe de la AIE sobre el nivel cero.
Fuente: Agencia EFE
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Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela