Científicos del grupo de investigación Materiales y Sostenibilidad de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Loyola plantean durante los próximos años el desarrollo de un sistema integrando en una única plataforma generación, almacenamiento de energía y captura de CO2. Para ello, este proyecto ofrece almacenamiento de energía para varias tecnologías renovables (termosolar, fotovoltaica, eólica, etc.). Los investigadores plantean un novedoso sistema, combinado con el uso de biomasa y apostando por el vector energético hidrógeno, para ofrecer una mayor flexibilidad de generación, gestión y almacenamiento de energía.
El proyecto titulado “Generación y almacenamiento de energía con emisiones negativas de CO2 (CO2-FREE)” está financiado por el Programa Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Junta de Andalucía a través de Fondos FEDER.
El conocimiento parte de un proceso llamado Calcium-Looping (CaL) ampliamente desarrollado por Carlos Ortiz, investigador principal del proyecto. Mediante este proceso se alternan de manera cíclica el almacenamiento y la liberación de energía térmica, así como la captura y el almacenamiento de CO2. Con este trabajo, se pretende optimizar y completar el proceso utilizando energías renovables para convertir el CO2 almacenado en energías limpias como la producción de hidrógeno y metano renovable.
La ejecución del proyecto requiere el desarrollo de investigación a diferentes niveles, desde investigación fundamental hasta investigación aplicada: diseño conceptual, experimentación, modelización de procesos y estudios de escalabilidad e ingeniería. Para ello, el equipo de investigación del proyecto CO2-FREE destaca por su multidisciplinariedad, experiencia y reconocido prestigio en el área de los sistemas de almacenamiento de energía, producción de hidrógeno y vectores energéticos renovables, comportamiento de materiales, captura de CO2, y generación eléctrica a partir de fuentes renovables.
Gestión, almacenamiento y distribución a gran escala de Hidrógeno
La posibilidad de convertir la energía renovable en hidrógeno mediante electrolisis se ha venido perfeccionando a lo largo de los últimos años con la aparición de tecnologías que permiten desarrollar electrolizadores que funcionan con buen rendimiento. Sin embargo, esta conversión del excedente de energía renovable en hidrógeno abre paso a un nuevo reto: la gestión, almacenamiento y distribución a gran escala de este hidrógeno.
La conversión del hidrógeno en metano renovable no sólo contribuye a una valorización del CO2 capturado, sino que también abre la puerta al uso de las actuales redes de transporte y distribución del gas natural para la gestión del nuevo “gas renovable”, reduciendo así radicalmente el coste necesario para infraestructuras y facilitando la penetración de este vector energético.
Para la descarbonización del sector energético las prioridades pasan por la implantación masiva de sistemas de energías renovables y la captura de CO2 en plantas de potencia, con el consiguiente reto de gestionar su variabilidad de cara a un suministro energético bajo demanda.
Este novedoso sistema, combinado con el uso de biomasa y apostando por el vector energético hidrógeno, ofrece una enorme flexibilidad de generación, gestión y almacenamiento de energía.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.