El Comité Español del Consejo Mundial de la Energía (CECME), el Club Español de la Energía (ENERCLUB) y el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), presentaron el pasado jueves 12 de mayo, la 3ª edición de la publicación “Energía y Geoestrategia” en el auditorio del Campus Repsol. Un estudio que cobra mayor relevancia tras la aprobación de la Ley 36/2015 de 28 de septiembre, de Seguridad Nacional.
La energía se ha convertido en los últimos siglos en la piedra angular de la geoestrategia política mundial, y es en la actualidad la principal fuente de conflictos internacionales. Los hidrocarburos, a pesar del auge de las energías renovables, siguen y seguirán siendo por muchos años la clave de los movimientos económicos mundiales. Según el último informe International Energy Oulook 2016, presentado la pasada semana por la Administración de Información de Energía estadounidense (EIA), el consumo mundial de energía aumentará un 48% entre 2012 y 2040, lo que supondrá un aumento de un 34% de emisiones de dióxido de carbono. Este aumento de consumo mundial de energía tendrá especial relevancia en los países emergentes y en los del tercer mundo.
Según la organización no gubernamental Energía Sin Fronteras, el agua, los alimentos, y la energía son las tres carencias básicas de la pobreza internacional, y deben ir asociadas ya que forman parte del mismo ciclo. En muchos países del tercer mundo, tener energía, posibilita la extracción de agua y el regadío de los campos para cultivar alimentos. Sin embargo y según datos de la organización, más de 1.200 millones de personas no pueden acceder todavía a ningún tipo de fuente de energía eléctrica.
A pesar de que el comentado informe prevé un aumento anual de las renovables a nivel mundial de un 2,6%, los combustibles fósiles todavía supondrán más de las tres cuartas partes de la energía mundial en 2040.
Los hidrocarburos y la seguridad de suministro de energía
El mercado del petróleo a lo largo de su historia siempre ha sido influenciado o ha influenciado la Geopolítica Mundial. La importancia de este producto como catalizador del desarrollo de los países ha sido un punto de referencia del cambio de las dinámicas de las decisiones políticas tanto de naciones productoras como de consumidoras.
Además, es bastante frecuente que los países exportadores de petróleo estén en zonas deprimidas en las que la tensión política afecte directamente tanto a la población como a la economía en general.
El pulso que mantiene en la actualidad Arabia Saudí con los petróleos no convencionales ha hecho que se mantengan unos precios bajos que hacen muchas veces inviable los nuevos proyectos de fracking. Sin embargo, según Raúl Cardoso, Director General de Prisma Integral Gestión, la entrada de Irán tras la finalización de su embargo internacional, puede hacer variar la estrategia de Arabia Saudí en el mercado internacional.
Para Claudio Aranzadi, Ex Ministro de Industria y Energía, y coordinador del estudio, a esta problemática deben unirse también los acuerdos alcanzados en la COP21 de París, que de llevarse a cabo podrían suponer una disminución de la demanda mundial para las próximas décadas.
La importancia de la seguridad de suministro de energía
Para Gonzalo Sirvent, Contralmirante de la Armada, el bloqueo de las líneas de comunicaciones marítimas como consecuencia de terrorismo o conflicto bélico, afectarían gravemente a los mercados mundiales y podría provocar una crisis económica generalizada. De hecho, según Ignacio Fuente, Coronel de Artillería del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) el terrorismo de Al Qaeda y el Daesh ha marcado el sector energético en uno de sus objetivos prioritarios
Cambio climático e Independencia energética
En la ratificación del tratado de París el pasado 22 de abril en la sede de Naciones Unidas de Nueva York, 168 países reconocieron la necesidad de mantener el aumento de la temperatura media global del planeta por debajo de los 2ºC respecto a niveles industriales.
Sin embargo, según la Agencia Internacional de la Energía (IEA) y a pesar del acuerdo de París, se prevé que para el año 2040 aún se utilice un 60% de combustible fósil para la generación de energía primaria.
Con estos datos, es poco probable que se consiga mitigar el ascenso de la temperatura global, a no ser que entren en juego las energías renovables en una medida mucho más determinante. El uso de las tecnologías renovables, al ser autóctonas, permitirían en buena parte la independencia energética de los países que no cuentan con recursos fósiles. El autoconsumo, la rehabilitación energética o el vehículo eléctrico son algunas de las opciones que debería fomentar la Administración pública para reducir esta dependencia económica y estratégica, limitando paralelamente los recursos destinados a la seguridad estratégica y consiguiendo menor vulnerabilidad energética.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.