Al hilo de los últimos datos avanzados en el Open Data Climático presentado por la AEMET, la asesora de Energías Renovables en Greenpeace, Sara Pizzinato, reivindica el protagonismo de la ciudadanía energética para frenar el cambio climático y combatir sus consecuencias. La percepción real de los efectos del calentamiento global reside desde hace tiempo en el imaginario colectivo, al margen de que esa impresión se verifique o no con cifras e informes. Por eso, ante la urgencia de la situación, Pizzinato llama a la acción ciudadana de forma particular o colectiva, pero a la acción decidida y comprometida, a esa energía ciudadana que puede y debe luchar contra el cambio climático.En España el verano se ha alargado casi cinco semanas desde principios de los 80 a causa del cambio climático
. Esta estación, ligada a los recuerdos de las tardes ociosas de la infancia, es la que más está mutando por las emisiones de CO2. Lejos de ser buena noticia, está haciéndose cada vez más larga, tórrida e incluso peligrosa para la salud de las personas vulnerables, especialmente en las grande urbes del la costa oriental.
«A pesar de la aplastante evidencia del cambio climático y de que nos va la vida en ello, las emisiones mundiales de CO2 crecen y vuelven a marcar otro récord en 2018»
Es algo que estaba ya en la percepción de la gente, antes de que la AEMET le pusiera números. Y sin embargo, a pesar de la aplastante evidencia del cambio climático y de que, literalmente, nos va la vida en resolver este asunto, las emisiones mundiales de CO2 crecen y vuelven a marcar otro récord en 2018 impulsadas por el aumento de la quema de carbón en las grandes potencias mundiales. Entonces, ¿qué hacer mientras exigimos que, por justicia climática, gobiernos y grandes corporaciones se comprometan a triplicar los esfuerzos por reducir las emisiones hasta cero?
La ciencia habla cada vez más claro y contundente de lo que es necesario hacer, la juventud entra en huelga para defender su propio futuro y también hay quien se pone manos a la obra para construir desde abajo soluciones energéticas que abordan las extremas desigualdades económicas existentes y el cambio climático, al mismo tiempo que testan nuevas formas de organización social: son la ciudadanía energética.
«Crecen las iniciativas en España y en el mundo para que dejemos de ser meros sujetos pasivos consumidores y participemos en una transición energética»
Desde ayuntamientos que deciden instalar renovables suficientes para abastecerse totalmente de electricidad, a centenares de familias que se unen para construir el primer molino eólico social del estado, pasando por plataformas de gestión de la demanda para pequeños consumidores o de compra-venta directa de electricidad renovable entre productores y consumidores. Crecen las iniciativas tanto en España como en el resto del mundo para que dejemos de ser meros sujetos pasivos consumidores y participemos directamente en una transición energética que no puede esperar las cuentas de resultados de las grandes corporaciones y su adicción a los combustibles fósiles o nuclear. Y lo hacen no solo desde la individualidad de cada cual sino aunando fuerzas en comunidades de energías renovables.
Comunidades de energías renovables
Esta nueva figura jurídica que acaba de consagrar la Unión Europea en la nueva Directiva de Energías Renovables es muy poderosa para amparar y acompañar a personas que quieren participar pero necesita de desarrollo normativo nacional. Es imprescindible por lo tanto demandar a todos los partidos políticos en el contexto pre-electoral que tengan propuestas ligadas al desarrollo de la energía en manos de la ciudadanía. Tener un objetivo nacional de energías renovables comunitarias y ciudadanas sería una medida muy valiosa y que ha funcionado en otros lugares como en Escocia, donde el Gobierno ha tenido que elevar tres veces consecutivas su objetivo por ser sobrepasado por la realidad, gracias a la respuesta muy positiva de la ciudadanía ante las facilidades ofrecidas para crear las comunidades de energías renovables.
En términos de potencial, sólo recordar que en España uno de cada tres particulares podría participar en energías renovables o gestión de la demanda y almacenamiento. Incluso hoy en día, si los propietarios alemanes de las energías renovables no corporativas fueran una comercializadora, sería la número 14 en Europa en términos de electricidad intercambiada, por delante de EDP.
Ante la urgencia, la necesidad y la legitimidad de las demandas de justicia climática, la acción ambiciosa es la única respuesta posible. Lo demás, son veranos cada vez más largos e invivibles.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.