El coste del cierre de las centrales nucleares es un coste fijo. Es independiente de los años de vida que esté operando la central y hay que añadirle, además, el coste total de gestionar unos residuos que sí dependen de los años de vida que esté en funcionamiento la instalación.
El apagón nuclear en España tiene fecha tope para 2035. Se llevará cabo de manera gradual, comenzando por la central nuclear Almaraz I que dejará de funcionar en 2027 y concluirá con la clausura de Trillo (Guadalajara) en septiembre de 2035.
Además de una fecha, que las centrales nucleares dejen de funcionar tiene un coste estimado de 14.500 millones de euros de los que, a día de hoy, solo han recaudado 4.300 millones de euros. Es decir, en España no salen las cuentas y faltan más de 10.000 millones de euros (el 70% de la inversión total) para poder llevar adelante el desmantelamiento de las centrales nucleares.
La empresa pública de gestión de gestión de residuos Enresa ha abierto una consulta pública que da de plazo hasta el 14 de septiembre para que las eléctricas propietarias de las siete instalaciones nucleares en funcionamiento presenten sus propuestas para solucionar la falta de medios económicos.
El cierre nuclear desde una perspectiva global: contexto energético, político e internacional
plantea una revisión de tasas que supondría un incremento de entre el 19% y el 20% sobre las tarifas vigentes -6,69 euros por MWh producido-. De esta forma cree se podría hacer frente al gran desfase entre entre el dinero disponible para llevar a cabo al complejo trabajo de cierre y desmantelamiento y lo que exige el proceso de cierre de las centrales nucleares.
La empresa pública abre consulta para, según detallan sus fuentes, «actualizar la tarifa asociada a la explotación de las centrales nucleares, para adaptarla al escenario de vida previsto para dichas centrales según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 20121-2030 actualmente en tramitación, y a las actuales estimaciones de costes futuros, a fin de evitar eventuales déficits de financiación y en aplicación del principio de quien contamina paga».
La financiación disponible no alcanza el 30% de la necesaria
A día de hoy, el dinero recaudado para afrontar el cierre de las centrales nucleares en España no es ni el 30% del que se estima necesario.Es este el porcentaje más bajo de los nueve países europeos occidentales de los que se tiene información.
Si en lugar de porcentajes hablamos de cifras, la lectura muestra que Enresa ha recaudado de las eléctricas 5.326 millones de euros, pero necesita más de 20.000 millones para una actuación que se extendería hasta 2085.
Según datos de Enresa referidos a 2017, la energía nuclear generó en concepto de tasas 393 millones de euros y por rendimiento de los fondos disponibles 128 millones de euros adicionales, lo que supone un ingreso anual de 521 millones de euros.
A los problemas económicos se une la complejidad del cierre y desmantelamiento de las centrales que supone no solo importantes administrativos. Las hay, como la de Garoña (Burgos) que lleva parada siete años, pero todavía no ha comenzado el proceso de desmantelamiento.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.