El informe «Evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero en España (1990-2017)» elaborado por CCOO analiza la evolución de las emisiones de GEI en España, dividiéndola por sectores y diferentes tipos de gases, recordando los objetivos de España para 2020 en el marco del Acuerdo de París y proponiendo una serie de medidas de acción para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Las emisiones de gases de efecto invernadero en España aumentaron un 4,46% respecto al año anterior, un crecimiento anual histórico, dado que es el más alto desde que entró en vigor el protocolo de Kioto. Respecto a 1990, las emisiones han alcanzado un incremento del 17,91%.
Desde hace años, las emisiones de GEI en España han fluctuado fundamentalmente en función de la hidraulicidad de cada año. 2017 fue un año muy seco que implicó una escasa producción eléctrica hidráulica, que no pudo cubrirse con otras renovables. Según CCOO, las políticas públicas de ahorro y eficiencia energética no han contado con actuaciones, dotación presupuestaria y medidas de seguimiento suficientes como para que la disminución de emisiones pueda apreciarse de manera significativa. España es un de los países industrializados donde más han aumentado las emisiones y sigue siendo necesario un importante esfuerzo para alcanzar los objetivos para 2030.
Emisiones de GEI en España por sectores entre 1990 y 2017.
El mayor responsable del conjunto de emisiones de GEI en España es la energía (derivada del uso de combustibles fósiles). En 2017 representó el 86% del total si se consideran los sumideros. Las mayores emisiones se deben a la generación de electricidad y al transporte por carretera. El resto corresponde a las diez refinerías de petróleo, consumos energéticos de la industria, transporte aéreo interior (no incluye el transporte aéreo con otros países), usos residenciales (sobre todo calefacción y agua caliente sanitaria) y servicios.
Por su parte, los procesos industriales distintos a la combustión, como la producción de cemento, industria química y metalúrgica, representaron en 2017 el 10,9%.
La agricultura y la ganadería representan el 11,5% del total de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) equivalente, con un aumento muy inferior al de los otros sectores emisores.
Por último, los residuos representan el 4,8% del total de las emisiones de CO2 equivalente. Las emisiones de metano son las más importantes.
Emisiones por gases
En primer lugar, las emisiones de dióxido de carbono en España aumentaron un 5,8% en 2017 respecto a 2016. En 2017 representaron el 81,41% de las emisiones brutas de gases de invernadero en España, sin incluir los sumideros.
Entre 1990 y 2017, sin incluir los sumideros, crecieron un 19%, pasando de 231,9 millones de toneladas en 1990 (año base) a 276,1 millones de toneladas en 2017
Por otra parte, las emisiones de metano (CH4) en España disminuyeron un 0,2% en 2017 respecto a 2016. El metano representó en 2017 el 11% de las emisiones brutas de los seis gases de invernadero, en dióxido de carbono equivalente sin incluir los sumideros. En 1990 se emitieron en España un total de 34 millones de toneladas de metano en unidades de CO2 equivalente, mientras que en 2017 se llegó a 37 millones de toneladas en unidades de CO2 equivalente, según nuestras primeras estimaciones, con un aumento del 9%.
En cuanto a las emisiones de óxido nitroso (N2O) en España aumentaron un 0,3% en 2017 respecto 2016. En 2017 representaron el 4,9% de las emisiones totales brutas de gases de invernadero en España (sin incluir los sumideros). Las emisiones de óxido nitroso (N2O) en España en 2017 ascendieron a 16,5 millones de toneladas en unidades de CO2 equivalente.
También, los HFC (Hidrofluorocarbonos) han sustituido a los CFC (Clorofluorocarbonos), que destruyen la capa de ozono, y se emplean fundamentalmente en equipos de refrigeración y aire acondicionado, extintores de incendios y aerosoles. Los HFC no dañan la capa de ozono, pero son potentes gases de invernadero. Los HFC comprenden los HFC-23, HFC-32, HFC-125, HFC-134ª, HFC-143ª, HFC-227ea, y HFC-236fa. En España durante 2017 se redujeron ligeramente las emisiones de HFC respecto al año 2016. En 2017 representaron el 2,7% de las emisiones totales brutas de gases de invernadero en España (sin incluir los sumideros).
Por último, el hexafluoruro de azufre (SF6) se emplea en equipos eléctricos. En 2017 se redujeron ligeramente las emisiones de este gas en un respecto a 2016. En 2017 representaron el 0,7% de las emisiones totales brutas.
Acuerdo de París
El principal objetivo del Acuerdo de París es mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 2ºC respecto de los niveles existentes antes de la revolución industrial, realizando esfuerzos para limitarlo a 1,5ºC. Y para ello, los países firmantes del Acuerdo se comprometen a fijar un objetivo concreto en materia de reducción de emisiones de GEI. En el contexto de estos acuerdos, la Unión Europea se ha comprometido a reducir los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero un 40% en 2030, y en un 80-95% para 2050 respecto de los existentes en 1990, tal como recoge en el documento “Hoja de ruta hacia una economía hipocarbónica competitiva en 2050”.
Los objetivos para España son: para 2020, una reducción del 10% para difusos y del 21% para los sectores ETS (sometidos al comercio de derechos de emisión, fundamentalmente el sector eléctrico y algunos sectores industriales) respecto a 2005, y para 2030 una reducción del 26% para difusos y del 43% para los sectores ETS respecto a 2005. El total de emisiones de GEI en España fueron un 22,8 % inferiores en 2017 respecto a los niveles de 2005.
Propuestas de CCOO para la reducción de emisiones de GEI
Entre las medidas que CCOO propone destacan:
- Fomentar medidas de ahorro y eficiencia energética en la industria, en los edificios y viviendas con medidas de rehabilitación energética, así como en todos los sectores con cambios normativos y una financiación ajustada a la reducción de la demanda final de energía.
- Incrementar la potencia instalada de energías renovables en el sector eléctrico a través de la eliminación de barreras al autoconsumo, el incremento de la potencia eólica y fotovoltaica y el desarrollo de energías renovables gestionables.
- Disminuir progresivamente el uso del carbón y la energía nuclear en la generación eléctrica.
- Limitar las inversiones en nuevas infraestructuras de gas
- Avanzar en la movilidad sostenible (incluidos los desplazamientos por motivo del trabajo) y en el cambio modal potenciando el transporte público y los modos ciclista y peatonal y potenciar decididamente la electrificación del transporte.
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.