Carmen Álvarez Campo, consultora de política climática y precio al carbono de South Pole, reflexiona acerca de las tecnologías de eliminación tecnológica del carbono, sus posibilidades y los retos a los que debe enfrentarse
La captura y utilización de carbono (CCU por sus siglas en inglés) y, la captura y almacenamiento de carbono (CCS por sus siglas en inglés) – denominadas colectivamente CCUS – incluyen todas las actividades que retiran el dióxido de carbono de la atmósfera o evitan que se libere en primer lugar; después, utilizan este dióxido de carbono como recurso, ya sea creando productos valiosos o almacenándolo permanentemente bajo tierra.
Los objetivos de neutralidad no se alcanzarán sin la captura, el uso y el almacenamiento de carbono (CCUS)
Mientras que algunos sectores, como la generación de energía y el transporte, tienen vías claras para sustituir el uso de combustibles fósiles por alternativas de bajas emisiones o libres de ellas, otros sectores resultan más «difíciles de descarbonizar», como la producción de cemento y acero.
Para estos sectores, las tecnologías de CCUS pueden ser fundamentales para su descarbonización. Por eso, junto con las soluciones basadas en la naturaleza, la eliminación tecnológica permanente de carbono desempeñará un papel clave en la carrera hacia “carbono cero».
Los retos de la eliminación tecnológica de dióxido de carbono
«A pesar de la oportunidad, los esfuerzos para aumentar la eliminación tecnológica de dióxido de carbono se enfrentan a retos sistémicos como la ausencia de incentivos de mercado favorables, de marcos normativos suficientes o de la infraestructura de transporte a gran escala necesaria para capturar, almacenar y utilizar el dióxido de carbono», reflexiona Carmen Álvarez Campo, consultora de política climática y precio al carbono de South Pole.
Hoy en día, la mayoría de los proyectos de CCUS están ubicados en Norteamérica, pero pueden convertirse en una área de gran crecimiento en Europa en el marco del Pacto Verde, si las condiciones de mercado y regulatorias acompañan esta tendencia.
«La mayoría de las tecnologías de CCUS dependen del apoyo de un marco regulatorio para poder desarrollarse a escala; la política climática, incluyendo la regulación del precio del carbono, es el motor más importante», afirma la consultora de South Pole. «Está en manos de los responsables políticos liberar el potencial de las tecnologías CCUS en Europa, ayudando a eliminar las barreras que limitan su desarrollo y ayudando a que sean viables comercialmente».
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.