A punto de conocer el contenido del informe de la Comisión de expertos designado por el Gobierno para alumbrar el camino de la transición energética española y la próxima Ley sobre Cambio Climático, desde APPA Renovables su director general José María González Moya demuestra en este artículo, con datos, cómo seguir con el mantra de “las renovables son caras” ya no se sostiene.
Hemos asistido en los últimos tiempos a un intenso debate sobre cuál debe ser nuestro futuro mix energético. Este debate, una vez tenemos encima los objetivos de 2020 de renovables y que en Bruselas se están debatiendo los de 2030, tiene mucho de interesado y poco de búsqueda del bien común.
Como no puede ser de otra forma, y es totalmente lícito, cada actor defiende sus propios intereses en un mercado en competencia. Durante estos meses en los que la comisión de expertos ha estado elaborando su informe sobre la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética, hemos oído las bondades de las renovables, la nuclear, el gas o el carbón. Curiosamente, gas y carbón se han presentado como la mejor tecnología para apoyar a una transición energética, algo que se agradece profundamente. Tras años recibiendo críticas, las renovables hoy somos la pareja de baile deseada.
Curiosamente, gas y carbón se han presentado como la mejor tecnología para apoyar a una transición hacia las renovables, algo que se agradece profundamente. Tras años recibiendo críticas, las renovables hoy somos la pareja de baile deseada.
Sin embargo, está claro que barajándose un escenario de entre el 27% y el 35% de energías renovables en el sistema energético – que no eléctrico – para 2030, muchas de estas tecnologías tendrán que cambiar su función. De ser protagonistas de nuestro mix energético, deberán pasar a ser complementarias. Y algunas, al aumentar en gran medida la generación renovable, disminuirán su participación en el sistema. Algo que ya ha empezado a ocurrir.
En este contexto, asistimos a una defensa de las virtudes de cada tecnología, y donde no puede fundamentarse en sus emisiones o sus residuos, se fundamenta en el precio. Como ya hemos dicho, esa defensa es lícita, al igual que desde Appa Renovables defendemos la importancia de las energías renovables, otros actores defienden las energías que representan. El problema es cuando esa defensa viene desde el propio regulador que, para más inri, tiene dentro de sus objetivos liderar la transición energética para cumplir las metas de descarbonización y de renovables en el sistema, algo profundamente desconcertante.
Cuando los mensajes que se dan desde el Ministerio son que cerrar centrales térmicas o nucleares encarecerían el sistema y, a renglón seguido, se dan unas cifras de renovables en las que se juntan renovables y cogeneración – que en su mayoría usa gas – para inflar los costes de las renovables y que no se cita ni uno solo de los beneficios de estas energías, desde el sector no solo nos sentimos preocupados sino asombrados.
La electricidad sube cuando en el sistema hay más tecnologías fósiles pero prefiere decir que sube la luz porque hay menos renovables.
Asombrados, decimos, porque se ignora la realidad del sistema al hablar de los precios. Hemos oído del propio Ministro, cuando a finales de 2017 el precio del mercado mayorista de la electricidad estaba alto, que el problema era que no había agua o viento. Quizá sería mejor llamar a las cosas por su nombre. En primer lugar, el agua y el viento no hacen bajar el precio del mercado mayorista. Son los embalses y los aerogeneradores, la electricidad hidráulica y eólica, no el agua y el viento.
En segundo lugar, también podría haber dicho que la electricidad sube cuando en el sistema hay más tecnologías fósiles pero prefiere decir que sube la luz porque hay menos energías limpias. A efectos prácticos es lo mismo, pero no a efectos de imagen de estas energías.
A las renovables se las ha culpado de todos los males. Hemos oído que la electricidad era cara por culpa de las primas (la luz es cara porque hay renovables) y la electricidad es cara porque no ha llovido y no hay viento (la luz es cara porque no hay renovables). Nos han acusado de una cosa y de la contraria. Sin embargo, la realidad es tozuda y los datos están ahí para quien los quiera ver.
APPA Renovables lleva editando desde 2009 el Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España donde analizamos los costes, pero también los beneficios de estas energías. Al entrar en el sistema, desplazan a unidades de generación que marcan precios más altos en la subasta. Esto se conoce como “efecto depresor”.
En el período 2005-2016 las energías renovables ahorraron al pool eléctrico 55.064 millones de euros y recibieron una retribución de 49.739 millones
En el período 2005-2016 las energías renovables ahorraron al pool eléctrico 55.064 millones de euros y recibieron una retribución de 49.739 millones. Sin entrar en consideración los efectos medioambientales, sin considerar los beneficios de reducir la dependencia energética, sin valorar empleos generados o fijación de población rural… sin analizar más beneficios que los puramente pecuniarios, las cuentas han salido durante estos años. Un sistema eléctrico sin renovables habría sido más caro.
Por supuesto, podríamos pensar que la patronal de renovables es parte interesada y habrá quien prefiera no usar los datos que, de la forma más objetiva y rigurosa, realizamos. Si ese es el caso, vayan a OMIE y miren los precios del mercado mayorista de electricidad, cojan el precio medio anual; vayan después a Red Eléctrica de España y vean el porcentaje de renovables año a año. ¿Demasiado trabajo? No hay problema, aquí lo tienen: (2013 44,26 €/MWh 40,2%; 2014 42,13 €/MWh 40,6%; 2015 50,32€/MWh 35,1%; 2016 39,67 €/MWh 38,4%; 2017 52,24 €/MWh 32,1%). A mayor porcentaje de renovables en el sistema, menores precios. Cuando hay menos, precios mayores.
Por supuesto, en el camino se han cometido errores. El exceso de tecnologías solares respecto a la planificación, los recortes retroactivos que durante los próximos años seguirán en los arbitrajes internacionales, la moratoria seguida de subastas precipitadas… Pero seguir con el mantra de “las renovables son caras” cuando los proyectos del pasado han disminuido tanto nuestro mercado eléctrico, consiguiendo además la reducción de costes que hoy disfrutamos, ya no se sostiene. Nos aportan mucho más de lo que nos cuestan, también en términos económicos. Como hemos visto, en el sector energético se hace buena la máxima de Antonio Machado, “todo necio confunde valor y precio”.
José María González Moya
Director General de Asociación de Empresas de Energías Renovables – APPA
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.