Australia se va a consolidar como todo un referente mundial en energías renovables gracias a un proyecto sin precedentes: el Western Green Energy Hub (WGEH). Dicho proyecto redefine las fronteras de lo posible al combinar energía solar y eólica en una superficie de 22.700 kilómetros cuadrados ubicada en la costa desértica de Australia Occidental. Este ambicioso plan va a cambiar el panorama energético del país, además de establecer nuevos estándares globales en sostenibilidad y capacidad energética.
El megaproyecto que ha comenzado a construir esta empresa española en Australia
Con unas dimensiones que superan la de 47 países, este megahub deja atrás a otros grandes proyectos actuales, como el de Karapinar en Turquía (20 km²) o el Khavda en India (600 km²). El WGEH integrará 3.000 turbinas eólicas de entre 7 y 20 megavatios junto con 60 millones de paneles solares distribuidos en 35 parques solares. La capacidad combinada de este coloso alcanzará hasta 70 gigavatios, transformando la forma actual en que el mundo produce y utiliza la energía limpia.
La monumental capacidad del proyecto WGEH
El WGEH aspira a generar más de 200 teravatios-hora de electricidad limpia al año, un volumen que supera la producción anual de muchos países. En comparación, Australia produjo 273 TWh en 2023, con un 65% proveniente de combustibles fósiles. Pero este proyecto promete un cambio radical hacia una matriz energética más sostenible y eficiente.
El excedente de energía producido no se desperdiciará. En su lugar, se destinará a la producción de 3,5 millones de toneladas de hidrógeno verde al año, almacenado como amoniaco verde para facilitar su transporte y utilización. Esta estrategia permitirá descarbonizar sectores tan esenciales como la industria y la agricultura, además de exportar energía limpia a mercados internacionales mediante infraestructuras submarinas.
Un proyecto realizado en siete fases
El desarrollo del proyecto WGEH, liderado por un consorcio integrado por InterContinental Energy, CWP Global y Mirning Green Energy Limited, se llevará a cabo en siete etapas a lo largo de tres décadas. Cada fase añadirá entre 2 y 3 GW de capacidad, con el objetivo final de estar totalmente finalizado en 2050.
Pero el proyecto se enfrenta a varios desafíos tecnológicos significativos, como el uso de turbinas de 20 MW, las más grandes del mundo, cuya logística de transporte aún presenta muchas limitaciones. Sin embargo, la innovación y la visión a largo plazo de este megahub prometen posicionar a Australia como un pilar fundamental en la transición mundial hacia las energías limpias.