Los ministros de Energía y Medioambiente del G20 han acordado crear un marco internacional que pida a los países miembros que adopten medidas para reducir el vertido de residuos plásticos al océano, un problema medioambiental urgente.
La contaminación marina «es un asunto que requiere acción urgente dado su impacto negativo en los ecosistemas marinos, su subsistencia y, potencialmente, la salud humana», señala la declaración que han firmado los ministros al finalizar su reunión en la ciudad de Karuizawa, en Japón.
A pesar del acuerdo adoptado por los países integrantes, los ministros del G20 no se mostraron en sintonía en todos los temas, como es el caso del cambio climático. Estados Unidos, que se retiró del acuerdo sobre cambio climático, se negó a respaldar el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Por ello, estas medidas se adoptarán de manera voluntaria.
Cada año se producen cerca de 300 millones de toneladas de residuos plásticos, de los cuales ocho millones de toneladas acaban en los océanos, según datos de Naciones Unidas (ONU). En muchos casos, estas basuras acaban en el estómago de los peces y consecuentemente en el de los humanos, lo que lo convierte en un problema medioambiental apremiante.
La adopción de las medidas será voluntaria
A pesar del acuerdo adoptado por los países integrantes, los ministros del G20 no se mostraron en sintonía en todos los temas, como es el caso del cambio climático. Estados Unidos, que se retiró del acuerdo sobre cambio climático, se negó a respaldar el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Por ello, estas medidas se adoptarán de manera voluntaria.
El documento sugiere que los países del G20, a excepción de Estados Unidos, se comprometen a implementar plenamente el acuerdo, que busca mantener el aumento global de las temperaturas por debajo de 2 grados Celsius a finales de siglo respecto a niveles preindustriales para mitigar el impacto climático.
En materia energética, los ministros del G20 destacaron la necesidad de reforzar la cooperación internacional para garantizar un suministro energético estable, después de que dos cargueros de crudo fueran atacados en el golfo de Omán. El incidente no está explícitamente mencionado en el texto, pero señala la importancia de que exista una «infraestructura energética confiable para evitar interrupciones en el suministro» y haya una «diversificación de fuentes de energía, proveedores y rutas, y la facilitación de mercados abiertos, flexibles, transparentes, competitivos, estables y fiables«.
Se espera que estas resoluciones sean posteriormente tratadas. El grupo del G20 está compuesto por Argentina, Australia, Brasil, el Reino Unido, Canadá, China, Francia, Alemania, la India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea.
Fuente: EFE.
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.