En nuestro país hay en funcionamiento unas 200 centrales térmicas, con una potencia total instalada de más de 27.000 MW. Según datos de REE, la participación del carbón en la generación eléctrica en 2014 fue del 16,4% (cobertura de la demanda peninsular), algo superior a 2013 (14,6%), pero eólica y nuclear se comen cada vez más trozo de la tarta. ¿Qué pasará en el futuro?
La industria del carbón español lleva décadas dando vueltas buscando una solución a su futuro. Pese a que se han ido poniendo en marcha diferentes propuestas, ninguna ha dado con la clave para ofrecer a las regiones mineras de nuestro país una alternativa que proporcione estabilidad económica y social en su población. Además, la política energética europea pone el foco principalmente en el desarrollo de las renovables y la eficiencia energética, lo que dificulta aún más un horizonte lejano para ellas.
Centrales térmicas en España
La situación del sector minero arrastra irremediablemente a las centrales térmicas. En la actualidad hay unas 200 en funcionamiento y prácticamente todas son propiedad de las grandes compañías eléctricas, E.On, Endesa, Gas Natural Fenosa, Iberdrola y EDP, excepto la polémica central de Elcogás en Puertollano.
Endesa es la propietaria de la mayoría de las centrales más grandes y con mayor potencia instalada que existen:
• As Pontes de García Rodríguez (A Coruña) de Endesa, con más de 1.400 MW, la mayor de España. Consume carbón, tanto nacional como importado.
• Compostilla (León) de Endesa, con 1.312 MW. Utiliza carbones de la cuenca minera en que está enclavada.
• Litoral de Almería (Carboneras) de Endesa, (Almería), con 1.100 MW. Utiliza carbón importado.
• Castellón (Castellón), con 1.083 MW de Iberdrola. Emplea como combustible fuel-oil y está considerada como ciclo combinado.
• Teruel (Andorra), con 1.050 MW de Endesa. Emplea carbones de la cuenca minera aragonesa.
• San Adrián (Barcelona) de Endesa, con 1.050 MW. Consume fuel y gas natural.
Entre las seis, suponen la cuarta parte de la potencia térmica convencional instalada, y el 12% del total de la potencia eléctrica.
La agencia de calificación crediticia Moody’s ha pronosticado en un informe sobre el mercado eléctrico español que las centrales térmicas de carbón en España cerrarán en 2020. Moody´s prevé que los precios de la electricidad se mantendrán estables hasta 2016 y solo comenzarán a subir en 2020, debido a los aumentos de la demanda y a los cierres de plantas de carbón.
Ante este negro futuro, las grandes eléctricas advirtieron al Gobierno que se iban a ver obligadas a cerrar sus centrales si no se aprobaba un plan a largo plazo para rentabilizar las ingentes inversiones a las que les obliga ahora la Unión Europea, y lo han conseguido. Se ha creado un nuevo incentivo a la inversión para la mejora medioambiental en desnitrificación de instalaciones de producción de electricidad a partir de carbón autóctono, lo que constituye un incentivo a su consumo y la viabilidad económica para las centrales térmicas. Un dos por uno.
Según el borrador de la orden ministerial, se trataría de restituir el 100% de las inversiones (esencialmente las de desnitrificación o reducción de emisiones de óxido nitrógeno a las que obliga la normativa europea a las centrales que quieran seguir en funcionamiento más allá de su vida útil) siempre que estas quemen carbón autóctono. Los pagos se desembolsarían en función del combustible adquirido.
De esta manera, el hecho de que las centrales térmicas puedan adoptar soluciones que les permita cumplir con la nueva reforma en materia medioambiental, minimizando la inversión y los costes necesarios, les permitiría alargar su vida útil y continuar con su actividad. En caso de que no se ejecuten estas actuaciones, a partir del 1 de enero de 2016 el funcionamiento de la instalación deberá reducirse hasta las 1.500 horas al año o bien a un total de 17.500 horas totales. En la actualidad, las centrales térmicas son prácticamente el único consumidor de carbón nacional.
Centrales térmicas vs. empresas mineras
Mientras hace unos días la empresa Hullera Vasco-Leonesa anunciaba la suspensión de su actividad productiva y el inicio de un procedimiento de suspensión temporal de contratos de trabajo (ERTE) hasta que las eléctricas se comprometan a comprarle carbón, las compañías eléctricas tienen que hacer ingentes inversiones en la mejora medioambiental de sus centrales térmicas.
Por ejemplo, la Central Térmica de Endesa en As Pontes, en La Coruña, ha tenido que acometer la revisión del Grupo 3 de producción, uno de los cuatro grupos de carbón con los que cuenta la central, que supondrán una inversión de 6,9 millones de euros y comprenderán la inspección de todos los elementos sensibles del grupo: caldera, condensador, turbina y alternador.
Este tipo de revisiones programadas se realizan en razón de dos parámetros: haber alcanzado las 30.000 horas de funcionamiento o haberse cumplido los plazos establecidos por la legislación vigente para equipos a presión.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.