Según Expansión, El Fondo de Pensiones de Noruega, el mayor fondo soberano del mundo, gestionado por Norges Bank Investment, podría dar hoy un paso definitivo para salir de las inversiones en petróleo y carbón, y volcarse con las renovables, una decisión que supondrá un trasiego de miles de millones de euros y que podría marcar un punto de inflexión en la comunidad inversora internacional.
Las autoridades noruegas aprobaron hace tiempo que el Fondo deshiciera posiciones en inversiones de combustibles fósiles a favor de poner el foco en energías renovables. Por ello, está previsto que el Parlamento noruego ratifique la decisión e inicie el proceso de desinversión.
37.000 millones de dólares es la cantidad que el Fondo tiene invertidos en acciones de grupos petroleros. Encabezando la lista está su inversión en Shell, compañía en la que en diciembre tenía 5.921 millones en participaciones. Le siguen BP (2.925 millones, con un 2,3%), Total (2.861 millones, el 2%) y Exxon (2.669 millones de dólares, el 0,94%). También en Repsol tiene un 1,5% en participaciones, 369 millones de dólares.
Apuesta por Repsol
Según los datos a cierre de 2018 del fondo gestionado por Norges Bank Investment Management (NBIM), entidad adscrita al banco central noruego, la institución poseía un paquete de 22,96 millones de acciones de la compañía española, valorado en unos 330 millones de euros.
El fondo reafirmó su apuesta por Repsol en el tramo final del año 2018, donde aumentó su participación en la petrolera en un paquete de 3,24 millones de acciones.
De esta manera, el Fondo de Pensiones de Noruega se convierte en uno de los accionistas relevantes dentro del capital de Repsol, donde destacan Sacyr (7,87%), Blackrock (4,63%) y Caixabank, que posee un 3,58% aunque el año pasado anunció su decisión de vender gradualmente su participación en la petrolera, con el objetivo de salir a lo largo de este de su accionariado.
La apuesta de Repsol en 2018, con el lanzamiento de su nueva ‘hoja de ruta’ hasta 2020, por los negocios de bajas emisiones ha abierto el apetito por la compañía por los inversores socialmente responsables, como el fondo soberano noruego.
En su nueva estrategia, la compañía presidida por Antonio Brufau reafirma su compromiso en la lucha contra el cambio climático y apunta a tres objetivos: remuneración creciente al accionista; crecimiento rentable de los negocios (‘Upstream’ y ‘Downstream’); y desarrollo de nuevos negocios vinculados a la transición energética.
En este último ámbito, Repsol prevé destinar 2.500 millones de euros hasta 2020 a proyectos energéticos de bajas emisiones de CO2 y al desarrollo de nuevas oportunidades de negocio a largo plazo.
El Fondo podrá invertir un tope inicial de unos 20.000 millones de dólares en energías renovables, tanto eólicas como fotovoltaicas en mercados desarrollados.
Fuente: Expansión.
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.