El Fondo Global de Pensiones del Gobierno de Noruega, el mayor fondo soberano del mundo, se ha erigido en el primer inversor socialmente responsable de Repsol, con una participación del 1,5% en el capital de la compañía.
Según los datos a cierre de 2018 del fondo gestionado por Norges Bank Investment Management (NBIM), entidad adscrita al banco central noruego, la institución poseía un paquete de 22,96 millones de acciones de la compañía española, valorado en unos 330 millones de euros.
El fondo reafirmó su apuesta por Repsol en el tramo final del año, donde aumentó su participación en la petrolera en un paquete de 3,24 millones de acciones.
De esta manera, el Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega se convierte en uno de los accionistas relevantes dentro del capital de Repsol, donde destacan Sacyr (7,87%), Blackrock (4,63%) y Caixabank, que posee un 3,58% aunque el año pasado anunció su decisión de vender gradualmente su participación en la petrolera, con el objetivo de salir a lo largo de este de su accionariado.
La apuesta de Repsol en 2018, con el lanzamiento de su nueva ‘hoja de ruta’ hasta 2020, por los negocios de bajas emisiones ha abierto el apetito por la compañía por los inversores socialmente responsables, como el fondo soberano noruego.
En su nueva estrategia, la compañía presidida por Antonio Brufau reafirma su compromiso en la lucha contra el cambio climático y apunta a tres objetivos: remuneración creciente al accionista; crecimiento rentable de los negocios (‘Upstream’ y ‘Downstream’); y desarrollo de nuevos negocios vinculados a la transición energética.
En este último ámbito, Repsol prevé destinar 2.500 millones de euros hasta 2020 a proyectos energéticos de bajas emisiones de CO2 y al desarrollo de nuevas oportunidades de negocio a largo plazo.
El objetivo de la compañía dirigida por Josu Jon Imaz es avanzar en la transición energética y reducir las emisiones de las operaciones y productos de Repsol, en línea con el compromiso de la compañía en la lucha contra el cambio climático que se adoptó en la Cumbre de París (COP21).
De acuerdo con su compromiso en la lucha contra el cambio climático, Repsol se fijó un objetivo de reducción de sus emisiones de CO2 en 2,1 millones de toneladas en 2020 respecto a 2016, incluso en una fase de crecimiento como la que afronta la compañía. Recientemente se ha establecido una nueva meta: una reducción de las emisiones de CO2 equivalente de 3 millones de toneladas para el período 2018-2025.
Apuesta de Repsol por las renovables
En su apuesta por los negocios renovables, Repsol cerró a principios del pasado mes de noviembre la compra de los negocios no regulados de generación de electricidad de bajas emisiones de Viesgo y su comercializadora para convertirse en un actor relevante del mercado eléctrico español, donde a cierre de febrero ya suma unos 810.000 clientes en España.
Con estos activos, el grupo reforzó su posición como operador multienergía, con una capacidad total instalada de 2.952 megavativos (MW) -2.352 MW procedentes de esta operación, más 600 MW de sus actuales plantas de cogeneración-.
Asimismo, adquirió en agosto de 2018 el proyecto fotovoltaico Valdesolar, de 264 MW, planificado en el municipio de Valdecaballeros (Badajoz) y que está en fase de tramitación administrativa, y, además, participa en la construcción de uno de los mayores parques eólicos flotantes del mundo, en la costa de Portugal, a 20 kilómetros de Viana do Castelo, y que dispondrá de una capacidad instalada de 25 MW.
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.