Las comunidades locales de Atacama explican que las lagunas de flamencos se están secando y que, además, se están quedando sin agua dulce. La culpa está en la extracción de litio. La Fundación del Desierto de Atacama dice que las minas causan un daño real al ecosistema. Mientras, las mineras se defienden.El litio es un metal necesario, en la actualidad, para la producción de baterías, de diferentes dispositivos, de vehículos eléctricos y para almacenamiento de energía
. Según indica la BBC con informes del Servicio Geológico de EEUU, su demanda se ha disparado en los últimos años. De hecho, la producción mundial se ha triplicado desde 2005, llegando a 85.000 toneladas en 2018.
Chile es el segundo productor de litio del mundo, después de Australia. El año pasado, su producción ascendió a las 16.000 toneladas y salió, en su totalidad, de Atacama. En el desierto sólo dos compañías extraen el preciado metal: Albemarle, estadounidense, y SQM, chilena.
Hasta hace poco, el país sólo había podido exportar el mineral a países como China o Corea del Sur. Pero en los últimos años, el gobierno ha intentado impulsar a los fabricantes a refinar y procesar litio en Chile. De ahí que Corfo, la Agencia Gubernamental de Fomento de la Producción, firmara sendos contratos con las compañías mineras para vender a un precio preferencial a aquellas empresas que procesaran el litio en suelo chileno. Y lo cierto es que antes de final de año ya esperan la inversión de diferentes empresas.
Atacama
Pero el ecosistema de Atacama, a pesar de que el gobierno lo vigila, corre un gran riesgo. Y la culpa está en la forma de extracción de litio y en el uso de agua dulce para otros fines.
Según la BBC, bajo el salar hay un enorme depósito subterráneo natural de agua salada que contiene sales de litio disueltas. Para extraerlas, los mineros bombean esta salmuera a la superficie, donde dejan que se evapore con el sol. Así el carbonato de litio queda listo para recoger y la sal puede ser transformada en litio metálico.
Pero, además, las empresas mineras utilizan agua dulce para limpiar máquinas y tuberías y para producir un producto auxiliar, la potasa, que se utiliza como fertilizante. Y lo hacen por medio de una pequeña extracción de bombeo.
Todo ello hace que las comunidades de la zona argumenten, no sólo el deterioro del ecosistema, sino el peligro de su propia supervivencia.
Las mineras
Las compañías mineras se defienden diciendo que las cantidades de agua dulce que se extraen son insignificantes. Ellos, explican, monitorean esas cantidades. También indican que están trabajando en nuevas tecnologías para poder usar menos agua para proteger el ecosistema.
No obstante, todo el mundo está de acuerdo en la necesidad de obtener datos reales por parte de las autoridades. Entre otros motivos, porque a pesar de tener cuotas establecidas para extraer cada año agua, ambas mineras se han acusado alguna vez de incumplir dichas cuotas.
También han añadido que, en contra de los que dicen los habitantes de la zona, las lagunas de agua salada siguen estando y con flamencos.
El gobierno
Las comunidades de Atacama piden al gobierno que asegure el agua para que las comunidades puedan sobrevivir
. Con más motivo cuando la propia BBC indica que hay otras mineras que se unirán a las dos existentes en Atacama para extraer litio.
Y mientras, el congresista oficialista Guillermo Ramírez dice que, como país minero, Chile ha tenido que equilibrar las necesidades de agua de los ciudadanos con las demandas de la industria.
Añade que el gobierno garantizará el agua de las comunidades locales y que la clave está en una buena regulación de la industria minera. Sin embargo, cree que el potencial del litio es demasiado valioso como para ignorarlo.
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela