La proliferación de parques eólicos en la provincia de Burgos continúa a un ritmo acelerado, transformando el horizonte y generando un intenso debate sobre el modelo energético y su impacto territorial. Lo que comenzó como una presencia gradual de aerogeneradores se ha convertido en una densa red que redefine el paisaje, especialmente en comarcas como la de Odra-Pisuerga.
La reciente solicitud de nuevas instalaciones ante el Ministerio para la Transición Ecológica y la Junta de Castilla y León intensifica esta dinámica, planteando interrogantes sobre la sostenibilidad y la planificación de este crecimiento.
Esta expansión no se limita a la instalación de nuevos parques, también implica la ampliación de los ya existentes, con la adición de más turbinas y la integración de tecnologías complementarias como la energía fotovoltaica. Esta doble estrategia de crecimiento horizontal y vertical consolida la presencia de la energía eólica en la provincia de Burgos, generando un impacto significativo en el entorno y en las comunidades locales.
La expansión eólica en Burgos: un paisaje en transformación
La comarca Odra-Pisuerga se ha convertido en el epicentro de la actividad eólica en Burgos. La tramitación de los parques eólicos Comendador y El Cerrate, que proyectan la instalación de 28 nuevos aerogeneradores, ejemplifica esta tendencia. Estos proyectos se suman a los más de 155 molinos ya operativos en la zona, configurando un paisaje dominado por estas estructuras.
Los municipios de Villaquirán de la Puebla, Castrojeriz, Los Balbases, Sasamón y Hontanas albergan cerca de una decena de complejos de energías renovables en funcionamiento, además de varios proyectos en distintas fases de desarrollo.
Concentración de parques eólicos: un análisis detallado
La densidad de parques eólicos en esta área de Burgos es notable. El parque de Fuente Salada, ubicado entre Castellanos de Castro y Sasamón, destaca por sus 29 turbinas en funcionamiento, siendo el de mayor envergadura. Le siguen El Gallo, que abarca Villaquirán de los Infantes, Villaldemiro, Tamarón y Los Balbases, y Los Zapateros, situado entre Los Balbases y Castrojeriz, con hasta 26 aerogeneradores cada uno. La Degollada, en Castrojeriz, cuenta con 25.
En un radio de menos de 10 kilómetros, se encuentran también La Casetona, con 12 aerogeneradores; Las Ballestas, con 8; El Carril, con 14; Los Collados, con 7, y La Zarzuela, con 8. A esta lista se sumará próximamente el Parque de Iglesias, con la previsión de 11 nuevos molinos. Esta concentración genera una transformación profunda del paisaje rural tradicional, basado en campos de cereal y suaves ondulaciones.
Nuevos proyectos en Burgos: Comendador y El Cerrate
Los proyectos de Comendador y El Cerrate se encuentran actualmente en fase de obtención de permisos. Comendador, promovido por Sevillenca Wind, se ubicará en los términos municipales de Castrojeriz, Hontanas, Iglesias, Los Balbases, Sasamón y Villaquirán de la Puebla, con una potencia de 69,84 MW. El Cerrate, impulsado por Morisca Wind, se extenderá por Los Balbases, Castrojeriz y Vallejera, con una potencia ligeramente superior, de 69,92 MW.
Ambos proyectos, que forman el Clúster Los Páramos, se encuentran en fase de información pública, permitiendo la consulta de la documentación técnica y ambiental. La proximidad de ambas empresas, con sede en el mismo Parque Tecnológico y similar domicilio social, sugiere una estrategia coordinada en el desarrollo de estos proyectos.
Hibridación y expansión: más allá de la energía eólica
La evolución del sector eólico en la zona no se detiene en la mera instalación de turbinas. Muchos parques están implementando la hibridación, combinando la generación eólica con la fotovoltaica. El Gallo, La Zarzuela y Los Zapateros se encuentran en una fase avanzada de este proceso, mientras que Ballestas y La Casetona ya han ejecutado plantas fotovoltaicas de 41 y 33 MW respectivamente, con una inversión de 40 millones de euros.
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Este enfoque de diversificación energética consolida la presencia de las energías renovables en la zona y optimiza el aprovechamiento de los recursos disponibles. El complejo de Revilla Vallejera, situado a unos 20 kilómetros, se ha convertido en un referente de esta tendencia, mostrando el potencial de la integración de diferentes tecnologías renovables.
La transformación del paisaje, por lo tanto, no sólo se limita a la presencia de aerogeneradores, también se extiende a la incorporación de infraestructuras fotovoltaicas, generando un impacto aún mayor en el territorio.