Generar electricidad después del atardecer puede sonar imposible, hasta ahora. Y es que un grupo de investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, ha logrado hacerlo realidad. Este equipo ha desarrollado un dispositivo capaz de convertir el calor emitido en el espectro infrarrojo en electricidad, revolucionando de esta forma el campo de la energía renovable.
Durante décadas, la necesidad de reducir las emisiones de carbono ha impulsado la búsqueda de nuevas fuentes de energía limpia, en respuesta al cambio climático y sus crecientes efectos visibles a nivel global. Aunque las energías renovables tradicionales, como la solar, eólica e hidroeléctrica han progresado de forma notable, todavía presentan limitaciones debido a factores meteorológicos y geográficos. Esto ha motivado a los científicos a explorar soluciones innovadoras que puedan aprovechar fuentes energéticas no convencionales, como el calor radiante.
Este dispositivo, un diodo termorradiativo que utiliza el calor nocturno, puede ser una interesante alternativa.
Pruebas exitosas del dispositivo
Este dispositivo ha sido puesto a prueba con resultados muy prometedores. Funciona mediante un proceso llamado generación de energía termorradiativa. Esta sistema aprovecha la diferencia de temperatura entre la superficie de la Tierra y el frío del espacio exterior. Todos los objetos, incluidas las personas, emiten calor en forma de radiación infrarroja. El dispositivo, mediante un semiconductor, captura este calor residual y lo transforma en electricidad, generando lo que se conoce como «energía solar nocturna».
Ned Ekins-Daukes, coautor del estudio, explicó: “Desarrollamos un semiconductor que aprovecha el calor que emite la Tierra durante la noche, transformándolo en electricidad mientras esa energía se irradia al espacio». La base de esta tecnología es un diodo termorradiativo, cuyo funcionamiento es similar al de los materiales empleados en las gafas de visión nocturna.
Según la investigadora Phoebe Pearce, “así como una célula solar convierte la luz del sol en electricidad, el diodo termorradiativo genera energía emitiendo luz infrarroja en un entorno frío”.
Futuro prometedor y próximos pasos
Si bien la luz de la Luna no tiene suficiente intensidad para generar electricidad, la captación de energía a través de la radiación infrarroja abre un abanico de posibilidades. Entre otras, alimentar electrodomésticos durante la noche hasta proveer de energía a satélites en el espacio. Este avance podría reducir la dependencia de baterías en ciertos dispositivos. Incluso, podría llegar a reemplazarlas en algunos casos, lo que no sería viable con la energía solar convencional.
Los beneficios de la energía solar térmica sobre aplicaciones de calor
Actualmente, la eficiencia de esta tecnología es aún limitada, ya que produce una cantidad de electricidad 100.000 veces menor que la generada por los paneles solares tradicionales. No obstante, los científicos están convencidos de que futuras mejoras aumentarán significativamente su rendimiento. Según los investigadores, esta tecnología podría llegar al mercado en un plazo de cinco años.
El profesor Ekins-Daukes concluyó afirmando que “si bien hoy generamos grandes cantidades de electricidad mediante células solares de silicio, que fueron pioneras en el espacio, planeamos enviar el diodo termorradiativo al espacio en los próximos dos años para probar su potencial en ese entorno”. Este proyecto promete abrir una nueva era en la producción de energía, garantizando electricidad tanto de día como de noche.