La Comisión de Industria, Investigación y Energía eleva del 32% al 45% el objetivo de renovables para el consumo final de la UE en 2030. Tras largos meses de diálogo, se ha conseguido aprobar la Directiva Europea de Energías Renovables. La decisión tomada sigue las líneas del plan REPowerEU. La apuesta por la sostenibilidad queda patente para sectores como calefacción y refrigeración, edificios, industria y transporte.
Hemos hablado otras veces de la Directiva Europea de Energías Renovables. Tras el acuerdo alcanzado, queda claro que resultará beneficioso para los intereses de España.
Por un lado, respecto a la biomasa, las instalaciones que solo produzcan electricidad a partir de biomasa no podrán recibir subvenciones a partir de 2026. La excepción está en las instalaciones localizadas en regiones de transición justa; que incorporen CCS (captura y almacenamiento de carbono); así como las que prueben que no pueden proveer también calor.
Esta medida es prioritaria para el estado español, dado que muchas plantas de biomasa que dan salida a residuos forestales no tienen demanda de calor.
En esta línea, la aplicación del principio del “uso en cascada” pasa a ser un acto de implementación en el que se ha de tener en cuenta la gestión de la prevención de incendios. Este principio significa que el primer uso de la biomasa debe ser como material y como energía al final de la vida del producto. Esto, junto a la exención de la biomasa derivada de trabajos de prevención forestal como “biomasa leñosa primaria” son claves para nuestro país.
Directiva Europea de Energías Renovables. Hidrógeno
La Directiva Europea de Energías Renovables también responde a las prioridades españolas en relación al hidrógeno verde.
Por su potencial productor, España se beneficiará de que los combustibles renovables de origen no biológico (RFNBOs), derivados del hidrógeno verde, computen. Y no sólo para el objetivo de renovables del país de consumo (el 80 % de su volumen), sino para el del productor (20 %).
Esta medida junto a la ampliación de los objetivos de hidrógeno en la industria y el transporte serán un gran incentivo para su producción.
Calefacción y refrigeración
Con respecto a calefacción y refrigeración, la Directiva Europea de Energías Renovables establece objetivos en los niveles requeridos por REPowerEU. Además, se refuerzan las medidas contra la pobreza energética; y se permite que el uso de residuos de calor y frío hasta un 20% en edificios contabilicen para el objetivo de renovables.
De cara a 2030, la Directiva amplía sus objetivos en tecnologías innovadoras de energías renovables al 5%. Y, en materia de transporte, se eleva la meta de reducción de emisiones del 13% al 16%. A la vez, se impide que se cuenten más biocombustibles de primera generación; asimismo, se frena el uso del aceite de palma y la soja al incluirlos como materia prima de alto ILUC (cambio indirecto del uso de la tierra).
En esta área, se incrementa el subobjetivo de combustibles renovables de origen no biológico (RFNBOs) del 2,6 al 5,7% para 2030. Además, se fija en el 1,2% para el sector marítimo.
El incentivo a la electrificación a través de la electricidad renovable se mantiene.
Industria
El objetivo de renovables en la industria también aumenta de 1,1 pp a 1,9 pp. Mientras, el del hidrógeno verde se mantiene al 50% y se incluye uno nuevo del 70% para el 2035.
Asimismo, se traza una ruta para la eliminación los combustibles fósiles en los procesos de baja temperatura para 2027.
Directiva Europea de Energías Renovables y garantías de origen
El acuerdo sobre Directiva Europea de Energías Renovables consigue, en palabras del eurodiputado Nicolás González Casares:
“Que las garantías de origen sólo se otorguen a fuentes renovables. Y que sean utilizadas como fuentes de información, no como sistema de certificación.
En esa línea, añade:
“Carecen de la trazabilidad necesaria y podrían incurrir en greenwashing o fraude”.
Finalmente, con esta reforma, también se ve reforzada la cooperación entre los Estados miembros con proyectos con los que impulsar la eólica offshore. Eso sí, teniendo siempre presentes las actividades preexistentes y el impacto ambiental.
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela
excelente proyección